El número de trabajadores que se retira antes de llegar a los 65 años se ha multiplicado por tres desde que se instauró esta fórmula de jubilación en 2001. Así ha pasado de 6.819 jubilados en 2002 (4% del total de altas) a los 20.000 que se esperan este año (10%). A 31 de julio, el número de acogidos era de 13.338.
El Ministerio de Trabajo calcula que cada jubilado parcial menor de 65 años cuesta a la Seguridad Social una media de 100.000 euros adicionales, por lo que de mantenerse ese ritmo de crecimiento, en 2020 el sistema tendría que añadir a su gasto ordinario unos 100.000 millones de euros. Ese coste, tan alto e «insostenible» para los expertos, obedece a que los jubilados parciales proceden, en su inmensa mayoría, de grandes empresas, con derecho a una pensión media de 20.000 euros al año.
Para evitar los peligros que se avecinan, el Gobierno, en la propuesta de reforma de las pensiones, aboga por mantener la jubilación parcial pero endureciendo los requisitos de acceso.
Los actuales requisitos para acceder a una pensión parcial a los 60 años consisten en tener 15 cotizados y continuar en el empleo, pero la jornada a desarrollar puede reducirse hasta un 85%. Los planes barajados por el Ministerio -a proponer a empresarios y sindicatos- retrasan a los 61 años la posibilidad; elevan el horario mínimo a realizar del 15% al 25%; suben los años cotizados a 30, y establecen una antigüedad de, al menos, 10 años en la empresa para poder acogerse a la jubilación parcial.
Irregularidades
Trabajo también quiere frenar el uso incorrecto que empresas y trabajadores hacen de este tipo de retiro en numerosos ajustes de plantilla. Las irregularidades se detectan, sobre todo, en el sector del automóvil, en el que se ha llegado a solicitar que se aplique la jubilación parcial a los menores de 65 años y se obvie el contrato de relevo.
La proporción de trabajadores que se jubila anticipadamente (entre los 60 y 65 años) desciende en 2005 y rompe la tendencia de ejercicios anteriores. De enero a agosto, los nuevos jubilados con más de 65 años representaban el 59% del total, frente al 50% en 2004. La evolución supone también un aumento de la edad media de jubilación, que se sitúa más cerca de los 65 años, edad que da opción al derecho. Este año, los trabajadores que han dejado su vida laboral rondan los 63,7 años, mientras que en 2004 no pasaban de los 63,4.
Incentivos
El secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado, aseguró hoy que la edad legal de jubilación en España se mantendrá en los 65 años, pero con algunos cambios en la regulación para que a las empresas les resulte «más incentivador» mantener a sus trabajadores que jubilarlos.
Granado dijo que la propuesta que el Gobierno planteó en la mesa de diálogo social «hace hincapié en la necesidad de seguir incentivando la prolongación voluntaria de la vida laboral». Así, señaló que el Ejecutivo promoverá «un conjunto de incentivos» para que a los empresarios les resulte mejor mantener a sus empleados y a los trabajadores les sea «más incentivador» prolongar su vida laboral, antes que acogerse a la prejubilación.
De esta forma, el Gobierno pretende «simplificar una maraña de regulaciones legales que existen en la actualidad» sobre la jubilación anticipada que «pueden generar agravios comparativos y desigualdades», apuntó Granado, quien calificó de «muy positiva» la disminución de la edad real a la que se jubilan los españoles. «Si nos jubilamos a una edad más cercana a los 65 años, podríamos conseguir que nuestro sistema nos pague mejores pensiones y esté más consolidado», concluyó.