En España existen 1.200.000 personas que frecuentemente se les «olvida» respirar mientras duermen. Todas ellas padecen una patología conocida como apnea del sueño. Sin embargo, sólo unas 150.000 utilizan mascarillas nasales que les ayudan a respirar durante la noche, según datos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).
Esta entidad explica que la apnea se acompaña en la mayoría de los casos de ronquidos estrepitosos, aunque no todos los roncadores (sólo en torno al 15%) la padecen. Y sus candidatos más habituales son hombres adultos y, generalmente, con sobrepeso. Otros factores que predisponen a sufrir apnea son el tabaco y el alcohol, así como el consumo de somníferos.
«Nuestra experiencia nos dice que la enfermedad afecta al 4%-6% de los varones adultos y al 2%-4% de las mujeres, y que la prevalencia aumenta con la edad», comenta el doctor Joaquín Durán-Cantolla, coordinador del grupo de trabajo sobre Trastornos del Sueño de la SEPAR, y coautor, junto al neumólogo Nicolás González Mangado, de un estudio sobre este problema de salud.
Este trabajo, en el que han colaborado 17 sociedades y asociaciones científicas que en conjunto representan a más de 50.000 especialistas, indica que la apnea del sueño, pese a ser un trastorno muy extendido, cuenta con muy pocos afectados reconocidos. «El nivel de diagnóstico no llega ahora al 10%», confirma el doctor Durán. No obstante, la situación está cambiando poco a poco por los riesgos que conlleva esta enfermedad: hipertensión, arritmias cardiacas, infartos, accidentes cerebrovasculares e, incluso, muerte.
Listas de espera
La paulatina mayor importancia que se le está concediendo a esta afección respiratoria está teniendo como efecto que las listas de espera sean «excesivas». «Las demoras, que se sitúan ahora en torno al año o año y medio, no deberían superar los seis meses para enfermos leves y dos semanas, para los más graves, ya que el sueño es un derecho», señala Durán.
Pese a las abultadas listas de espera, lo cierto es que en la sanidad pública ha comenzado a haber una cierta concienciación sobre la apnea. Así, de las 85 unidades del sueño que había en España en 1994 se ha pasado a las actuales 254. «Entonces, el número de máquinas que se utilizaban en el tratamiento de la enfermedad era muy limitado y se beneficiaban de ellas apenas 10.000 pacientes, mientras que ahora esta cifra se ha multiplicado por 15».
Por otra parte, los autores del estudio piden que se financie un tratamiento alternativo: los dispositivos de avance mandibular, que aumentan el espacio en la vía aérea superior y constituyen una terapia más contra la apnea del sueño en aquellos enfermos que no toleran las mascarillas nasales o bien no les resultan eficaces.