Algunas inmobiliarias afirman que el nuevo ciclo en el que está sumergido el mercado empuja a los dueños a reducir 30.000 euros en varias semanas el precio de salida de los inmuebles. Y es que los pisos tardan ya una media de 32 meses en venderse, según las consultoras.
La ralentización que experimenta en estos momentos el sector de la construcción y la dilatación de los ritmos de venta hace que muchos de los propietarios que mantienen colgado el cartel de «se vende» se están viendo obligados a adaptar sus pretensiones iniciales a las nuevas reglas de juego del mercado. Tras siete años de continuas escaladas los precios se empiezan a frenar y la desaceleración del mercado parece ya una realidad.
Así lo corrobora el director nacional de MC Agencia Inmobiliaria, Juan Felipe Muñoz, quien confirma que muchos propietarios se están viendo obligados a rebajar el importe inicial pedido por sus viviendas incluso por debajo del valor de tasación como unida salida para encontrar comprador.
Los profesionales afirman que una de las principales causas que explican esta nueva situación es que buena parte de la demanda está ya satisfecha mientras otra se está quedando fuera debido a los elevados precios alcanzados. La previsión del incremento de los tipos de interés -que ya acumulan notables escaladas- y «la imposibilidad de mantener la evolución a los ritmos de los años anteriores» son otros de los factores que han propiciado este cambio de tendencia.
Nuevo ciclo
Desde el Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria se entiende que el ladrillo ha entrado en un nuevo ciclo «en el tiende a imponerse la normalidad» y que, tras la etapa vivida de ventas es lógico que los precios «se estabilicen».
«Ahora, el propietario al que le urge vender no tiene más remedio que pedir menos dinero por la casa. Hay quienes de primeras te solicita 300.000 euros por un piso de tres dormitorios y cuando pasan los meses y no logran comprador lo bajan a 234.000», ilustran fuentes de Unicasa.