Tolerancia, respeto a los demás y responsabilidad son algunos de los valores esenciales destacados por los padres a la hora de educar a sus hijos. Sin embargo, sólo el 46% de los progenitores reconoce implicarse en la supervisión de los estudios de sus vástagos, según se desprende del informe «Padres e hijos en la España actual», que ha elaborado el catedrático de Sociología de la Universidad Autónoma de Madrid, Gerardo Meil.
La familia aparece como una estructura cada vez más heterogénea y condicionada por los horarios laborales
«Más de dos tercios de los padres encuestados piensan que los ‘demás padres’ consienten demasiado a sus hijos y, además, no les dedican el tiempo suficiente», resaltó Meil durante la presentación del estudio. «Estas apreciaciones entran en flagrante contradicción, pues apenas hay padres que reconozcan sus carencias; los defectos son siempre de los otros».
En relación con el grado de autoridad, un 28% de los padres se define como «muy o bastante estricto». Frente a este dato destaca el hecho de que un 43% de las madres y un 31% de los padres se manifiestan desbordados ante la magnitud de la tarea educativa, sintiéndose identificados con afirmaciones del tipo «por más esfuerzos que uno hace, al final los hijos salen como quieren». Esta afirmación revela, según Meil, «no tanto una dejación de responsabilidades como una impotencia ante agentes socializadores tan poderosos como la televisión, los amigos o el ambiente de la calle».
«Familia negociadora»
Los recientes cambios culturales han propiciado el abandono de la familia tradicional para dar paso a la «familia negociadora». «Este tipo de familia se caracteriza por unas relaciones menos jerarquizadas que en el pasado y por unas normas de convivencia más flexibles, donde los hijos buscan estrategias para alcanzar mayores cuotas de autonomía», explicó el catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid.
No obstante, «el modelo de padre autoritario sigue prevaleciendo en cerca de un 30% de los progenitores, mientras que el resto busca ganárselos en las relación afectivas y en una comunicación basada en el diálogo y la confianza». Sólo un 8% de los padres se arrepienten de haber tenido hijos.
En este contexto, la familia aparece como una estructura cada vez más heterogénea, mejor situada económicamente y cuyos hogares se encuentran cada vez mejor equipados. La renta de los hogares españoles ha crecido mucho más que la de la media de los países de la Unión Europea (un 46% frente a un 32%). A este dato hay que añadir que el 84% de las familias españolas poseen vivienda propia.
Horarios laborales «irracionales»
El estudio refleja que el reparto de las tareas domésticas sigue marcando «notables» diferencias entre varones y mujeres. El porcentaje de hijas que colaboran en las labores del hogar asciende al 76%, mientras que el de varones se reduce al 50%. El informe revela que la realización de las tareas domésticas, la alimentación, los buenos modales y los estudios son las cuatro grandes cuestiones en torno a las que giran la mayor parte de las discusiones familiares.
Las diferentes maneras de concebir un hogar y la incorporación gradual de la mujer al mercado laboral ha provocado un cambio en la organización de la casa y el tiempo libre. A juicio de Meil, los horarios laborales de nuestro país resultan «irracionales». «Los poderes públicos y la sociedad deben de corregir una situación que se hace insostenible; no es normal que un tercio de la población siga en sus puestos de trabajo a las 7 de la tarde; esto no ocurre en casi ningún país civilizado».
Meil resaltó que «el tema de los ‘niños de la llave’ -aquellos que cuando salen del colegio y llegan a casa no encuentran a ningún padre que se haga cargo de su cuidado y atención- existe como problema en la sociedad».