En los últimos 30 años las fechas en las que cambiaban las estaciones se han visto alteradas de forma significativa. El cambio climático es el responsable, según un estudio realizado por científicos de 17 países y publicado en la revista especializada «Global Change Biology». La primavera ha adelantado su llegada en unas dos semanas. Por el contrario, el otoño se resiste y aguanta unos días más de lo habitual antes de que aparezca el verano.
Los autores del estudio aseguran haber encontrado pruebas «concluyentes», observando entre otras cosas las épocas de floración de las plantas, de que la elevación de las temperaturas está haciendo que la primavera llegue, de promedio, entre seis y ocho días antes de lo que lo hacía en la década de los 70 del pasado siglo.
El otoño, en cambio, se ha retrasado un promedio de tres días en el mismo periodo de tiempo, de acuerdo con este estudio, que se basó en el seguimiento de 542 plantas y 19 especies de animales entre 1971 y 2000.
Uno de los autores de la investigación, Tim Sparks, del Centro de Ecología e Hidrología del Reino Unido, explica que estos cambios estacionales tienen consecuencias. Afectan a las especies que son interdependientes. «Por ejemplo, las orugas se alimentan de los robles, y los pájaros se alimentan de las orugas. A menos que estas especies se mantengan sincronizadas, podría haber problemas para uno o más de estos elementos de la cadena alimentaria», señala el especialista.