Las cajas de ahorro agrupadas en CECA (Confederación Española de Cajas de Ahorro) creen que la competencia en el sistema financiero español ha llegado a su límite. Piensan que sus costes ya no pueden seguir bajando, por lo que están preparando una subida de las tarifas que cobran por sus servicios, según se desprende de un estudio elaborado por la consultora Deloitte.
El informe analiza la situación de los principales sistemas bancarios europeos -Alemania, España, Francia, Holanda, Italia y Reino Unido- y llega a la conclusión de que el cliente español puede acceder a un mayor número de servicios y una mayor red de sucursales y cajeros a los precios más bajos de Europa, a pesar de que España presenta las mayores obligaciones formales en materia de comunicación al cliente, con lo costes que ello supone.
Según el estudio, los clientes españoles pagan una media de 64 euros anuales por los servicios bancarios básicos -pagos de recibos, consultas, reintegro con tarjetas y en ventanilla, depósitos, transferencias e ingresos de cheques-, frente a los 74 que se abonan en Francia, los 110 en Alemania y los 120 en Italia.
Condiciones duras
El estudio revela que las entidades españolas operan en condiciones «más duras». Los clientes proporcionan menores ingresos -pese a la alarma por el nivel de endeudamiento de las familias, el crédito por habitante está por debajo de la media europea-, al tiempo que disfrutan de las mejores condiciones en sus préstamos.
«España es el país con límites más exigentes para las entidades financieras en las comisiones por cancelación y subrogación de préstamos hipotecarios», concluyen los autores del trabajo.
El ahorro por habitante en España es el más bajo de los países analizados, y el número de productos contratados por cliente bancario se encuentra entre los inferiores. Junto a las menores oportunidades de negocio, España tiene el mayor número de oficinas por habitante, y en número de cajeros por 1.000 habitantes duplica con creces la media europea.