La asignatura de Religión en la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) -entre 12 y 16 años- será evaluable y computable, salvo en contadas excepciones, según indica el borrador de decreto de enseñanzas mínimas en este tramo educativo. Los alumnos que no cursen la materia recibirán de los centros la «adecuada atención educativa».
En palabras del secretario general de Educación, Alejandro Tiana, de todo lo anterior se deriva que «la Religión contará como cualquier otra asignatura para pasar de curso». El proyecto, por otra parte, deja en manos de los responsables de los centros formativos el diseño de la denominada «atención educativa», si bien con el requisito de que, al igual que la Religión, deberá ofrecerse dentro del horario escolar.
El borrador de mínimos contempla además la creación de una versión laica para la asignatura de Religión, una materia que se impartiría bajo el epígrafe de Historia y Cultura de las Religiones. Así, el Gobierno propone que los padres o tutores que soliciten para sus hijos enseñanza religiosa «podrán elegir entre religión católica, otras confesiones religiosas con las que el Estado tenga suscritos acuerdos internacionales o de cooperación en materia educativa, en los términos recogidos en los mismos, o la enseñanza de historia y cultura de las religiones».
El proyecto establece que la evaluación de estas asignaturas «se realizará en los mismos términos y con los mismos efectos que las otras materias de la etapa». No obstante, las calificaciones no computarán en las convocatorias en las que entren en concurrencia los expedientes académicos -becas o Selectividad, por ejemplo- o cuando se trate de procesos de selección mediante la nota media.
Por otra parte, el borrador de mínimos de Educación para la Ciudadanía ha cambiado algunos aspectos que habían generado polémica. Así, el epígrafe «La familia y sus tipos» cambia por «La familia en la Constitución Española». También se enseñarán derechos y deberes ciudadanos y el funcionamiento de los Estados democráticos.