Más de 250.000 británicos participaron ayer en los dos centenares de cacerías organizadas en todo el país para celebrar el Boxing Day, día festivo en el Reino Unido y tradicionalmente dedicado a la caza del zorro. Eso sí, estuvieron vigilados de cerca por la Policía y por grupos de defensa de los animales, que denuncian que estas prácticas quebrantan la ley.
La legislación que, desde febrero de 2005, regula la caza del zorro en Inglaterra y Gales prohíbe el uso de perros en las capturas, pero sí permite que estos sean utilizados para seguir el rastro de las piezas, que pueden ser atacadas por aves de rapiña y abatidas a tiros. Según Mike Hobday, portavoz de la Liga Contra los Deportes Crueles, los cazadores cumplieron con la normativa durante los primeros meses de vigencia, pero «las cosas han empeorado progresivamente» y ahora la ley se vulnera de manera «significativa». Por ello, además de vigilar las cacerías con cámaras de vídeo, la Liga demandará a los cazadores que no cumplan la norma.
Por su parte, los grupos que defienden el polémico deporte han mostrado su indignación ante las acciones de los ecologistas. Simon Hart, de la Alianza del Campo, señala que las actividades de la Liga Contra los Deportes Crueles son «inaceptables». «Corresponde a la Policía hacer cumplir la ley en este país, no a un grupo de presión con motivos políticos».
La polémica en torno a la caza del zorro no acaba aquí. Según anunció ayer el periódico «The Times», la nueva Ley de Protección Animal que se aprobará en abril podría incluir la prohibición del uso de las aves de rapiña en las batidas. Organizaciones en defensa de los animales han denunciado las pésimas condiciones en que las aves son transportadas para las cacerías.