Los edificios que se construyan a partir de ahora en España deberán cumplir todos los requisitos recogidos en el Código Técnico de la Edificación (CTE). Ayer entró en vigor esta normativa que persigue que todos los inmuebles que se construyan en España sean más eficientes desde el punto de vista energético y seguros.
El CTE se adapta a la estrategia de sostenibilidad económica, energética y medioambiental, y establece las exigencias básicas de calidad, seguridad y habitabilidad de los edificios destinados a viviendas como a cualquier otro uso, tanto nuevos como rehabilitados.
En virtud de este código, las nuevas construcciones deberán reducir el consumo de energía, garantizar su uso racional y sostenible, y que parte de esa energía proceda de fuentes renovables, con el objetivo de reducir las emisiones contaminantes a la atmósfera. En concreto, se estima que el CTE reducirá en un 50% las emisiones de CO2 de las viviendas.
Así, una parte del agua caliente de los edificios deberá provenir de energía solar directa y un porcentaje de la energía eléctrica, de paneles solares.
Para ello, el Código distingue 12 zonas climáticas en España y a cada una de ellas le corresponde un porcentaje de energías limpias de cumplimiento obligatorio. Por ejemplo, en Madrid hasta el 70% del agua caliente deberá ser de origen solar, mientras en el norte de la Península sólo será necesario alcanzar el 30%. Lo mismo ocurre con la energía eléctrica producida por paneles solares.