Los mares que rodean la Antártida están perdiendo su capacidad de absorber dióxido de carbono (CO2), lo que significa un grave aumento de gases contaminantes en la atmósfera, según una investigación llevada a cabo por científicos de varios países. En concreto, desde 1981 esa pérdida de absorción ha sido de entre un 5% y un 30% mayor por década de lo que se había pronosticado.
El llamado «Océano del Sur» es considerado el principal receptáculo de CO2 generado por la actividad del hombre. Los mares del planeta reciben alrededor de la mitad de todas las emisiones de CO2 producidas por la actividad humana y más del 15% de ese total corresponde al «Océano del Sur».
Esta disminución de la absorción supone un grave aumento de los gases contaminantes en la atmósfera
Según los científicos, desde 1981, cuando se descubrió la saturación de los mares antárticos, las emisiones de dióxido de carbono en todo el planeta han aumentado en un 40%. Este estudio ha sido divulgado recientemente por la revista Science.
Problema grave
«Esto es grave. Todos los modelos climáticos realizados pronostican que esto continuará y se intensificará durante este siglo», señala Dorinne Le Quéré, del Instituto Antártico Británico de la Universidad de East Anglia.
La investigación sugiere que estabilizar los niveles de CO2 en la atmósfera será todavía más difícil de lo que se pensaba. Además, ve probable que la acidificación del «Océano del Sur» llegue a niveles peligrosos antes de 2050.
Los expertos recuerdan que desde el comienzo de la Revolución Industrial (en el siglo XIX) los océanos del mundo han absorbido alrededor de una cuarta parte de las 500 gigatoneladas de CO2 emitidas a la atmósfera por el ser humano. Por eso dicen que es causa de gran preocupación que la Antártida esté perdiendo su capacidad de absorción de este dañino gas.
Cambio climático
«Ésta es la primera vez que podemos decir que el cambio del clima es responsable de la saturación del ‘Océano del Sur'», señaló Le Quéré. La saturación quedó al descubierto en un análisis de los niveles de dióxido carbónico atmosférico detectados por 40 estaciones de observación en todo el mundo.
El motivo de esta disminución de la absorción es el incremento de los vientos sobre el océano desde 1958 a causa de los gases de efecto invernadero generados por la actividad humana y de la reducción de la capa de ozono.
Los vientos han conducido a una liberación del dióxido de carbono almacenado en la atmósfera, y esto impide la absorción de gases de efecto invernadero en el «sumidero de carbono» del océano, un reservorio natural de este elemento, según este estudio que se ha prolongado durante cuatro años.