La ONG Anesvad va a experimentar en las próximas semanas unos cambios trascendentales para intentar lavar su imagen tras el escándalo de su anterior presidente, José Luis Gamarra, imputado en un presunto delito de apropiación indebida de fondos de la organización.
La aprobación de unos nuevos estatutos, prevista en el plazo máximo de un mes, supondrá la transformación de una «estructura jerárquica e individualista» en un órgano colegiado «mucho más acorde con el modo de trabajo en el sector», indicaron fuentes de la ONG, que cuenta ya con nuevo presidente, Francisco Javier Ibarra Borge.
Los portavoces de la organización aseguran que en torno al 6%-7% de su masa social ha solicitado la baja, al menos de forma temporal y cautelar, debido al escándalo producido por la investigación policial e, incluso, arrastrada por la posterior polémica generada por irregularidades en el funcionamiento de la Fundación Intervida. Asimismo, una docena de trabajadores han abandonado la ONG.
Entre las novedades previstas destaca un cambio profundo en la estrategia de comunicación, muy cuestionada por otras ONG por su agresividad. «Las campañas ya no serán agresivas, pero hay que reconocer que, durante un tiempo, cumplían con una función, ya que informábamos de enfermedades poco conocidas. Pero ya no se puede transmitir la imagen del pobre niño enfermo de lepra», señalaron las mismas fuentes.
La presidencia, por su parte, pasará de vitalicia a ser renovable cada cinco años, y los miembros del Patronato también perderán su carácter a perpetuidad. Anesvad pretende además incorporar a figuras destacadas del mundo de la cooperación de todo el país, aunque los portavoces reconocen que ahora no es un buen momento para hacerlo.
El objetivo de los cambios en el sistema de gestión será trabajar en red y, con tal fin, la organización ha iniciado contactos con la Coordinadora de ONGD de España (CONGDE) para su reincorporación como miembro de pleno derecho. También volverá a solicitar la supervisión de la Fundación Lealtad y se volcará en la incorporación de voluntarios.
Apropiación indebida
La noticia saltaba el pasado 8 de marzo. Ese día la Ertzaintza detenía en Bilbao a José Luis Gamarra acusado de un delito de apropiación indebida de fondos de la organización que presidía. Al parecer fue un antiguo empleado de la ONG el que alertó a la policía vasca de las irregularidades presuntamente cometidas por Gamarra, que desde entonces permanece encarcelado.
No era la primera vez que Anesvad se veía envuelta en una situación similar. En el año 2005, dos de sus directivos fueron expulsados tras descubrirse que habían desfalcado dinero de la ONG. «Las circunstancias en las que hoy está inmersa la organización tienen su origen en aquellos desgraciados acontecimientos», acertaron a decir fuentes de Anesvad cuando conocieron la detención de su entonces presidente.
Ante el titular del Juzgado de Instrucción número 8 de Bilbao, que lleva el caso, Gamarra ha reconocido que usó 300.000 euros para tapar el desfalco cometido por los citados directivos. Pero aseguró que ese dinero no era propiamente de la ONG, sino que procedía de la Leprosería Culión de Filipinas, una organización a la que le prestó el Código de Identificación Fiscal (CIF) de Anesvad para que pudiera operar con los bancos.