El espatifilo es un ejemplar que florece de marzo a septiembre y que se adapta sin problemas al cultivo hidropónico, que consiste en cultivar las plantas sin sustrato. Como sustituto de la tierra se emplean gránulos de arcilla que pueden retener el agua y hacer que el ejemplar no requiera ser regado durante largo tiempo, algo muy recomendable en periodo de vacaciones.
Si lo que desea es mantener la flor durante el mayor tiempo posible deberá cortar la inflorescencia, agrupación de flores minúsculas que forman la columna amarilla, para evitar que el polen manche la parte blanca de las flores. Es muy curiosos cómo las hojas blancas de este ejemplar modifican su color ante la falta de atractivo de sus flores para atraer a los insectos y que puedan ser polinizadas.
La mejor ubicación para esta planta son los sitios claros, aunque tolera mejor cierta penumbra que recibir de manera directa los rayos solares, sobre todo si es a través de una ventana. Si recibe el sol directamente sus hojas pueden llegar a quemarse y es más frecuente la aparición de ácaros, por lo que deberá protegerla de los rayos solares. También habrá de proporcionarle una temperatura estable de entre 18 y 25º C, y nunca por debajo de los 16º C a lo largo del invierno.
Deberá regar los ejemplares de Spathiphyllum con moderación, incluso a lo largo de la primavera y el verano, empleando agua blanda a temperatura ambiente. A partir del mes de octubre, una vez haya terminado su periodo de floración, reduzca sus riegos para dejarle su merecido periodo de reposo.
Aunque no requiere riegos excesivos sí que resulta conveniente pulverizarla en los calurosos días veraniegos y si se encuentra en una habitación calefactada en invierno. Se trata de una planta de interior muy sencilla de cultivar, que también puede decorar estanques a modo de planta acuática en el borde del agua.