Una delegación formada por seis personas del Organismo Intenacional de la Energía Atómica (OIEA) se ha desplazado hasta Japón para realizar una valoración de los daños sufridos en una estación nuclear que fue sacudida por un fuerte seísmo. Encabeza la misión Philippe Jamet, director de la división de Seguridad en Instalaciones Nucleares de la OIEA, Philippe Jamet, quien buscaba en un primer momento _una aproximación a los hechos que sucedieron en la central_.
El equipo permanecerá hasta el jueves examinando la planta de Kashiwazaki-Kariwa, la mayor del mundoen capacidad de producción. El viernes, presumiblemente, realizarán una valoración del alcance real de los daños así como asesorarán de las medidas a adoptar.
Tras el seísmo registrado el pasado día 16 de julio, con una itensidad de 6,8 grados en la escala de Richter, en la planta se detectaron una fuga de más de un metro cúbico de agua radiactiva, otra de gas y otros 60 fallos de funcionamiento menores. La empresa y el ejecutivo nipón aseveran que los sistemas de seguridad funcionaron a la perfección, manteniendo todos los niveles estables.