El Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Japón tenían previsto subir los tipos de interés, pero el temor de los mercados financieros a que se propague la crisis crediticia que sufre Estados Unidos y la rebaja del precio de la financiación a los bancos acordada por la Reserva Federal han provocado que ambas instituciones se replanteen la medida.
El Bundesbank alemán confirmaba ayer que los gobernadores que integran el consejo del Banco Central Europeo mantienen la vigilancia sobre la evolución de la inflación y están dispuestos a adoptar nuevas medidas en caso de necesidad. Pero los analistas creen que este mensaje es compatible con un retraso en la subida de tipos. El BCE podría aplazar unos meses el aumento de un cuarto de punto que parecía decidido a adoptar el próximo 6 de septiembre, hasta que vuelva la calma a los mercados.
El presidente del BCE, Jean Claude Trichet, hablaba a primeros de agosto de la necesidad de ejercer «gran vigilancia» frente a los riesgos inflacionistas, y a una declaración de esas características ha seguido siempre una subida del precio del dinero. Si la autoridad monetaria de la zona euro renuncia a ella, podría perder credibilidad.
Jorg Kramer, economista jefe del Commerzbank, cree que la máxima institución monetaria europea «aún quiere subir los tipos», actualmente en el 4%. No obstante, Kramer dice que si continúan las turbulencias en los mercados incluso podría bajarlos.
En Japón, el tipo de interés de referencia está en el 0,5%. El Banco de Japón quiere subirlo, para que las empresas no se endeuden demasiado. El pasado 9 de agosto tres economistas de cada cuatro pronosticaban un ajuste monetario el próximo día 23.