Los datos dados a conocer en el 37 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Nefrología, que se celebra en Cádiz entre el 29 de septiembre y el 2 de octubre, recogen que el 30% de la población padece hipertensión arterial, cifra que alcanza el 60% entre los mayores de 65 años. Es necesaria la implementación de nuevas estrategias terapéuticas ante el significativo porcentaje de pacientes que no consiguen un buen control de su enfermedad, según informó en nota de prensa la farmacéutica Novartis, organizadora de un foro técnico en el congreso.
«La hipertensión arterial es el principal factor de riesgo de ictus y uno de los más importantes de cardiopatía isquémica; y el riñón es uno de los órganos que se dañan por esta patología, de tal forma que la hipertensión arterial es junto a la diabetes la primera causa de entrada en diálisis de los pacientes», explicó la jefa de sección de Medicina Interna del Hospital Universitario de La Princesa de Madrid, Carmen Suárez.
«Dado que la hipertensión es el principal factor de riesgo vascular, el objetivo último del tratamiento antihipertensivo no es en sí mismo el descenso de las cifras de presión arterial, sino la reducción de la mortalidad y morbilidad cardiovascular asociada a la presión alta», señaló por su parte el doctor Julián Segura de la Morena, de la Unidad de Hipertensión del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid.
Las actuales directrices europeas afirman, a la vista de la importancia de conseguir los objetivos de cifras de presión arterial y dada la dificultad de controlarla con un único fármaco en los pacientes de riesgo, que es posible iniciar el tratamiento con diferentes tipos de fármacos y que hay que incidir en la importancia de la reducción de la presión arterial «per se» más allá del fármaco inicial. Teniendo en cuenta que la mayoría de pacientes necesitarán combinaciones de fármacos para conseguir controlar la presión arterial, concluyen que la discusión sobre la elección del fármaco inicial tiene una relevancia marginal. Y es que a pesar del desarrollo en los últimos años de nuevos fármacos para el tratamiento antihipertensivo, en la práctica clínica habitual se acepta que entre un 40% y un 50% de los pacientes hipertensos son resistentes al tratamiento con un fármaco.