El cambio climático preocupa a los ciudadanos españoles; por eso están dispuestos a variar su estilo de vida si es necesario para combatirlo, aunque ello suponga un mayor esfuerzo económico. Así lo pone de manifiesto una encuesta presentada ayer por la Fundación BBVA, que constata que el 40% de los españoles ya han percibido los cambios asociados al calentamiento global.
El estudio, realizado a partir de una muestra de 2.000 entrevistas personales a mayores de 15 años de distintas regiones del país, revela también que el 42% de los ciudadanos considera que falta información sobre el cambio climático. Asimismo, deja claro que los que más conocen el problema son las clases medias y altas, de entre 25 y 55 años y con estudios superiores, mientras que cuatro de cada diez entrevistados, por lo general con estudios primarios y mayores de 65 años, ni siquiera han oído hablar del Protocolo de Kioto.
Hay consenso generalizado sobre la necesidad de cambiar nuestro estilo de vida para evitar el calentamiento global. Así piensa el 88% de los encuestados. Cabe destacar que las actuaciones cuyo impacto económico está ligado al comportamiento del usuario suscitan altos niveles de aceptación, como por ejemplo establecer diferentes tarifas eléctricas según el consumo o gravar a los automóviles que emitan más CO2. En cambio, otras medidas, como restringir el uso del automóvil, no están tan bien vistas. La mayoría de los ciudadanos también rechazan incrementar los impuestos de la gasolina o de la electricidad para luchar contra este fenómeno.
No obstante, a la mitad de los españoles no le importaría pagar cinco euros más en la factura de la luz si la energía procediera de fuentes renovables, frente al 37% que afirma claramente que no lo haría. Unos porcentajes similares se dan en el caso de que la gasolina estuviera mezclada con biocarburantes.
Respecto a las causas del calentamiento global, dos de cada tres encuestados ven al hombre como principal responsable por las emisiones de CO2 y la destrucción de los bosques, y señalan a Estados Unidos como el gran contaminador mundial y a quien menos hace por evitarlo.
En cuanto a los hábitos que contribuyen a incrementar el calentamiento de la Tierra, citan los desplazamientos en automóvil, la compra de electrodomésticos de alto consumo, el avión, la calefacción, el consumo familiar, las bombillas convencionales, y la televisión u otros aparatos en modo espera («stand by»).