Existen varios tipos de moquetas: acrílicas, de piel, vegetales… El mercado cuenta con nuevos tejidos alternativos a la lana tradicional y que han introducido nuevas formas y colores. Se trata de propuestas que responden mejor la suciedad y evitan la acumulación de polvo. Un factor que tradicionalmente ha jugado en contra de este tipo de alfombras. En cuanto a su colocación, depende tanto del material textil como del tipo de suelo, pero se pueden encontrar desde moquetas que, simplemente, se colocan sobre el suelo -pensadas para estancias pequeñas- hasta otras de mayores dimensiones, que exigen ir pegadas a la superficie para evitar resbalones y caídas.
Sistemas de fijación
La moqueta, como las alfombras, hace la pisada más cómoda, amortigua las caídas, ayuda a mantener el calor y aísla acústicamente la vivienda. Sin embargo, también puede convertirse en una fuente de acumulación de polvo, con los consiguientes problemas de alergias, si no se elige el material adecuado. Una característica que también determina el modo de fijación.
Para colocar una moqueta existen diferentes sistemas, en función del material textil y del tipo de suelo. En general, si la parte posterior es de látex o espuma se puede emplear un pegamento específico para este tipo de superficies, mientras que si la moqueta es flotante (o la habitación no es demasiado grande) se coloca sobre bandas adhesivas de doble cara. Otra opción es emplear una arpillera de estopa o espuma entre el suelo y la moqueta, que se fija a esta capa intermedia con unas mordazas. Esta posibilidad es especialmente práctica cuando el suelo es irregular o de madera.
En cualquier caso, el suelo debe estar completamente libre de polvo o restos antiguos de cola. Asimismo, si hay rastro de humedad, es necesario encontrar el foco por si tuviera origen en alguna avería. En el caso de los suelos de madera o cerámica, hay que asegurarse de que todas las tablas y baldosas están perfectamente sujetas.
Si la parte posterior es de látex o espuma se puede emplear pegamento, mientras que si la moqueta es flotante se coloca sobre bandas adhesivas de doble cara
Respecto a la colocación, es preferible que se deje moqueta sobrante en cada uno de los lados de la habitación para asegurarse de que todo el suelo queda cubierto. Posteriormente, bastará con cortar la moqueta -con un cortador especial o cúter- para ajustar sus dimensiones a las de la superficie. En ocasiones, puede ser necesario cepillar la parte inferior de las puertas para que no rocen al abir y cerrar.
Por otro lado, la moqueta, como el papel de decoración, se vende en rollos o planchas de varios anchos, por lo que es conveniente medir bien la estancia antes de forrarla y comprar el ancho de moqueta que mejor se adapte a las dimensiones de la habitación. Cuando la moqueta se coloca en una escalera, el ancho debe cubrir los peldaños por completo para así evitar posibles tropiezos. Además, para asegurar la alfombra, se pueden emplear unas barras fijadoras, que se colocan en el encuentro de un escalón con el siguiente.
Tipos de moquetas
Antes de colocar una moqueta en casa, es recomendable conocer los diferentes materiales que existen y analizar cuáles son los más adecuados para la estancia en la que se va a instalar. Por ejemplo, en los lugares de paso frecuente es conveniente colocar una moqueta resistente con mayor cantidad de fibras, ya que aguanta bien la suciedad y retiene mejor el polvo.
En los lugares de paso frecuente, conviene colocar una moqueta resistente con mayor cantidad de fibras
Respecto a los materiales, existen composiciones sintéticas (acrílico, polipropileno, poliamida), de piel natural, de madera, de papel y de materias vegetales (yute, sisal, coco, algas). También hay moquetas especiales para colocar en el cuarto de baño. Su principal característica es que cuentan con una base plastificada antideslizante, para evitar caídas.
Para garantizar estas propiedades, las alfombras y moquetas son sometidas a una serie de ensayos. Los más generales que lleva a cabo el Instituto Tecnológico Textil de Valencia analizan la resistencia al arranque de pelo, la pérdida de espesor tras aplicar una carga estática, el espesor total y del pelo, y la resistencia a la abrasión, entre otras cosas.
La calidad de los materiales que se emplean en la composición de las moquetas es determinante para su conservación. Además, conviene que el tejido sea sometido a un tratamiento antipolillas y que se respeten todos los pasos del proceso de elaboración. Asimismo, para evitar alergias lo fundamental es la limpieza y el mantenimiento de la moqueta. La Unión Nacional de Fabricantes de Alfombras, Moquetas, Revestimientos e Industrias Afines y Auxiliares (UNIFAM) recomienda eliminar a diario con una escoba suave la pelusa que estos tejidos sueltan durante los primeros días. En caso de que se produzca una mancha hay que:
- Evitar que la mancha se seque y, si es sólida, raspar y cepillar hasta que desaparezca.
- Si se emplea un producto de limpieza, probarlo en una esquina poco visible para comprobar si daña la moqueta.
- Aplicar agua tibia con una esponja, secar bien y cepillar suavemente la zona que estuvo manchada.
Por último, las alfombras que tienen el dorso de látex o lámina de goma no deben ser tratadas con disolventes, excepto cuando se produzcan manchas pequeñas y superficiales.