El uso de los electrodomésticos de la forma más adecuada puede ayudarnos a ahorrar. Lo primero y fundamental es que sean de una clase eficiente; aunque sean más caros, la elección siempre es rentable.
Por ello, al comprar el aparato conviene:
– Fijarse en la etiqueta energética. Los clasificados con eficiencia energética A ahorran durante su vida útil respecto a los de clase G el equivalente al consumo de una familia media durante nueves meses. Para el medio ambiente supone hasta una tonelada menos de emisión de CO2 a la atmósfera.
– Comprar el aparato que se ajuste a nuestras necesidades. En el caso de la lavadora, capacidad de lavado en kilos; el frigorífico, tamaño en litros; el congelador, litros y capacidad de congelado por kilos y hora. Acertar con la máquina adecuada evitará un derroche diario innecesario.
El otro apartado fundamental es el uso adecuado. Veamos cuál es el uso más eficiente de tres de los aparatos que más consumen en una casa.
Lavavajillas:
– Aprovechar al máximo su capacidad.- Pasar la vajilla por agua fría para que la suciedad no se reseque.
– Colocar las piezas de mayor tamaño en la bandeja inferior. Esta disposición permite una mejor circulación del agua.
– No conectar el aparato a la toma de agua caliente. Consume menos si calienta el agua fría por sus propios medios.
Horno:
– Precalentarlo sólo si se indica en la receta.
– Abrir la puerta del horno lo estrictamente necesario. Cada vez que se abre se pierden entre 25 y 50 grados de temperatura.
– Aprovechar, en la medida de lo posible, para cocinar varios platos. Es mejor cocinar dos platos seguidos que esperar a que se caliente el horno dos veces.
– Apagar unos minutos antes del tiempo indicado. Así se aprovecha el calor residual para terminar el proceso de cocción.
Lavadora:
– Aprovechar al máximo la carga. Tampoco conviene excederse ya que el lavado con exceso de carga no es eficiente.
– Evitar las temperaturas altas de lavado. Calentar el agua puede suponer hasta el 90% de consumo eléctrico de estos aparatos.
– Separar la ropa. Apartar la que esté muy sucia para lavarla a más alta temperatura. La ropa poco sucia se lava bien a 30 – 40 grados.
– Leer el manual de la lavadora para elegir el programa adecuado. Más tiempo de lavado del necesario consume más energía y estropea los tejidos.
– Dosificar el detergente según las cantidades indicadas. Un exceso de detergente daña al medio ambiente y da una peor calidad de lavado al dejar restos en el tejido que el aclarado no ha podido eliminar.