El Gobierno de Sudáfrica ha anunciado que a partir del 1 de mayo próximo reiniciará el sacrificio selectivo de elefantes para hacer frente a la superpoblación de estos animales y evitar el impacto en el ecosistema de las áreas que habitan. «Vamos a permitir el sacrificio en algunas partes del país, pero no hay intención de que se convierta en una matanza a gran escala», anunció el ministro de Medio Ambiente, Marthinus van Schalkwyk.
Sudáfrica suspendió el sacrificio selectivo de elefantes en 1995 y lleva años estudiando cómo hacer frente a la superpoblación de esos paquidermos porque, desde entonces, han pasado de 8.000 a 20.000 ejemplares. Desde 1967 y hasta el último año de sacrificio selectivo, en 1994, en Sudáfrica se mataron 14.562 elefantes y 2.175 más fueron trasladados a otros lugares.
Aunque el elefante figura casi siempre en cualquier estampa del África subsahariana, en este país no son bien vistos en muchas zonas porque arrasan con la vegetación del área en la que viven y habitualmente derriban árboles para conseguir un bocado apetecible.
El Parque Nacional de Kruger, en el noreste del país y que hace frontera con Mozambique y Zimbabwe, alberga 14.000 elefantes. Este parque tiene 1,96 millones de hectáreas (una extensión parecida al territorio de El Salvador), pero, según los expertos, sólo tiene capacidad para 7.500 elefantes.