En general, el uso de aceites en el cuidado y tratamiento de los muebles se asocia a las maderas de origen tropical. Sin embargo, otro tipo de maderas muy habituales en la construcción de mobiliario, como el pino o el roble, también pueden tratarse con aceites naturales, en lugar de barnizarlos. El uso de estos productos no sólo protege a los muebles de madera de los agentes externos, sino que los mantiene a salvo de hongos e insectos y proporciona un acabado natural.
Teca y tung, protectores de la madera
El aceite de teca es una grasa natural que se extrae del propio árbol. En el mercado también se pueden encontrar productos que se comercializan como «aceite para teca» y que provienen de mezclas de distintos aceites, por lo que si bien son más baratos, su eficacia no es la misma. Estos protectores, además de fortalecer la madera y devolverle su color original, contrarrestan el efecto de los rayos ultravioleta y la acción de hongos e insectos.
Los aceites se aplican una o dos veces al año. Primero, se extiende sobre la superficie una capa generosa de aceite con un paño suave. Se elimina el exceso del mismo con un trapo limpio. Tras dejar secar entre cinco y siete horas, se aplica una segunda mano que se deja secar durante quince horas más. Luego se abrillanta con un trapo seco.
El aceite de tung resalta la belleza y el tacto natural de la madera
De los frutos del árbol chino de tung se obtiene el aceite del mismo nombre. Por sus excelentes cualidades protectoras, el tung se ha conocido durante siglos como el árbol del aceite.
Éste resalta la belleza y el tacto natural de la madera y no oscurece ni cambia el color de la misma. Las superficies lo absorben con rapidez y se endurece a medida que se seca. Una vez seco, las moléculas del aceite se unen en una red compacta y fuerte que crea una barrera impermeable.
Se puede aplicar en estado puro, rebajado con trementina o mezclado con otros aceites. El número de capas que se dan depende del tipo de madera, de su estado y antigüedad. Tarda entre una y seis horas en secarse. El resultado final es una superficie mate, que se puede abrillantar con cera si se desea un brillo mayor.
De las semillas del árbol de la camelia se obtiene un aceite ligero y versátil. Usado como tratamiento de la madera, se absorbe con rapidez por su poca viscosidad. No se decolora ni endurece y previene la humedad y la suciedad, además de facilitar el pulido.
El aceite de naranja se utiliza para que las maderas de color claro, o no tratadas, adquieran un tono más oscuro
El aceite extraído de las semillas de la amapola blanca se utiliza para fabricar barnices de alta calidad y pinturas de aceite. Su principal ventaja es que no se amarillea con el tiempo. La alta transparencia de este aceite es la base adecuada para los protectores de maderas claras.
Otro aceite muy versátil se obtiene de la cáscara de naranja. Junto con sus múltiples usos en aromaterapia, se puede emplear como agente limpiador ecológico en el cuidado de la madera. El aceite de naranja también se utiliza para que las maderas de color claro, o no tratadas, adquieran un tono más oscuro.
El aceite que se obtiene de la prensa en frío de semillas de linaza destaca por su efecto endurecedor, su resistencia al agua y fácil secado. Transparente y libre de productos químicos, se puede mezclar con aceite de tung para uso en exteriores.