En los planes del Banco Central Europeo (BCE) no entra bajar los tipos de interés, al menos, hasta finales de año. Así se desprende de las declaraciones realizadas este jueves por varios de los miembros de su Consejo de Gobierno, después de que éste decidiera de forma unánime y por décimo mes consecutivo mantener el precio oficial del dinero en el 4%, su nivel más alto de los últimos seis años.
Estas fuentes reconocen que hay motivos tanto para subir la tasa, al persistir «una fuerte presión al alza» de los precios a corto y medio plazo, como para bajarla, porque se mantiene «un grado de incertidumbre inusualmente elevado» por las tensiones surgidas en el mercado financiero el verano pasado.
Respecto a la inflación, el propio presidente del BCE, el francés Jean Claude Trichet, admitió su «preocupación» por la «excesiva volatilidad» en los mercados de divisas, con «movimientos excesivos» en los tipos de cambio euro-dólar, precisamente en el día que la moneda comunitaria alcanzaba un nuevo máximo histórico, al llegar a cambiarse por 1,5912 dólares. La escalada alcista del petróleo tampoco ayuda a calmar las cosas, y en este sentido el barril de crudo de tipo Brent, de referencia en Europa, también se anotó un nuevo récord con 109,98 dólares.
La institución monetaria cree que los tipos actuales ayudarán a controlar la inflación en un marco de tensiones en los mercados financieros que se prolonga
La estrategia del BCE consiste en estos momentos en evitar que se sigan restringiendo las condiciones monetarias a través de inyecciones de liquidez a plazos más amplios. De hecho, la institución ha comenzado a realizar subastas de financiación a plazo de seis meses recientemente.
Inflación elevada
Trichet advirtió de que «atravesamos un periodo prolongado de tasa de inflación temporalmente elevada», y avisó del riesgo de que las tarifas del mercado se disparen aún más a medio plazo. De hecho, tras alcanzar en marzo un máximo histórico en su tasa interanual (3,5%), no cree que los precios se moderen hasta finales de año (prevé que en 2009 se muevan en una horquilla entre el 2,7% y el 1,5%).
El presidente del BCE se mostró reservado en sus pronósticos y sólo afirmó que «en el horizonte de los próximos 18 meses lograremos estabilizar la inflación» en torno al objetivo comunitario del 2%.
En su opinión, «no hay tiempo para la complacencia» porque, entre otras cosas, las turbulencias del sector financiero, lejos de amainar y ser sólo un problema de unos meses, se van a prolongar «a largo plazo», de modo que sus efectos podrían ser «más amplios» de los previstos.
Trichet también dijo que los fundamentales de la zona euro son «sólidos» y que los últimos datos macro siguen apuntando a un moderado, pero continuado crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB).
El IPC interanual de marzo se situó en el 3,5%, 1,5 puntos por encima del objetivo oficial
Además de elevar el precio del dinero, el BCE ha mantenido en el 3% la facilidad de depósito, que marca la remuneración del dinero, así como la facilidad marginal de crédito, que establece el tipo al que presta dinero a los bancos europeos, y que queda situada en el 5%.
Los analistas, por su parte, coinciden en que el BCE no va a bajar los tipos, al menos, hasta el próximo otoño, e incluso buena parte de ellos retrasan la rebaja hasta principios de 2009.
El consenso de los analistas coincide en pronosticar un retraso en la bajada de tipos principalmente por la persistencia de niveles de inflación fuertes, a que los datos macro de la eurozona están resistiendo por el momento y a que las grandes economías europeas, Francia y Alemania, no se han resentido por la crisis.
El Banco de Inglaterra recorta
Por su parte, el Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra (BoE) decidió hoy recortar los tipos de interés en un cuarto de punto, hasta el 5%, para hacer frente a la desaceleración económica provocada por la crisis de los mercados financieros.
El Índice de Precios de Consumo (IPC) del Reino Unido se situó en febrero en tasa interanual en el 2,5%, tres décimas más que en enero, debido principalmente al encarecimiento del gas y la electricidad. El dato de febrero del IPC fue el más alto desde mayo de 2007, y se volvió a situar por encima del objetivo del Gobierno de mantener la inflación en un máximo del 2%.