La educación de un niño nacido en un país rico recibe hasta 500 veces más ayuda que la de cualquier niño nacido en un país afectado por conflictos. Por ejemplo, en países como Eritrea y Burundi, cada niño apenas recibirá unos 24 dólares por año para cubrir su educación. Estos son datos recogidos en un informe de Save the Children, que recuerda que la educación «representa una de las inversiones más importantes que cualquier gobierno puede realizar en su país».
Este trabajo, que lleva por título «El último de la final, el último de la clase 2008», estima que, de los 9.000 millones de dólares en ayuda para educación básica que se precisan en todo el mundo, 5.200 millones deberían destinarse a los niños de países frágiles afectados por conflictos. Esto viene a suponer una media de 45 dólares por cada niño en edad escolar.
La ONG señala que pese a que la cantidad de niños en edad de recibir educación primaria que permanece sin escolarizar en el mundo se ha reducido de 100 a 72 millones en los últimos años, la situación en los países frágiles afectados por conflictos «ha mejorado muy poco». Según sus cálculos, estas naciones acogen a la mitad de todos los niños y niñas que no van a la escuela (37 del total de 72 millones) y, sin embargo, apenas reciben menos de una quinta parte de la ayuda en educación básica.
«La experiencia demuestra que, incluso en los contextos más difíciles, es posible hacer llegar la educación», comenta Alberto Soteres, director de Save the Children en España. «Sin embargo -continúa-, actualmente la mayoría de los donantes y organizaciones multilaterales no están ofreciendo la adecuada financiación para la educación en los países afectados por conflictos. De hecho, si no incrementamos las inversiones en la educación de estos países no lograremos alcanzar el Objetivo de Desarrollo del Milenio que pretende garantizar la educación de todos los niños y niñas para el año 2015».
Receta contra la pobreza
La organización humanitaria denuncia que las naciones donantes dan prioridad a la ayuda a la educación en otros países más estables, dejando a los que sufren guerras con escasa o nula esperanza de romper con el círculo de pobreza y violencia. «La educación resulta crucial es estos países. A corto plazo, permite proteger a los niños y apoyar la resolución de conflictos, mientras que, más a largo plazo, puede mejorar la estabilidad y el buen gobierno», subraya la ONG.
En esta misma línea, Soteres afirma que «ofrecer a los niños el acceso a la educación puede ayudar a aliviar la pobreza y reducir los riesgos de un conflicto permanente. Debemos mantener nuestra promesa de educación para todos los niños y niñas, sin importar donde vivan».
El citado estudio forma parte de la campaña de Save the Children «Reescribamos el Futuro», en favor de los 37 millones de niños y niñas que están sin escolarizar a causa de conflictos en sus países. Esta iniciativa de cinco años, que se lanzó en 2006, pretende garantizar el acceso a la escuela a tres millones de menores que viven en países afectados por la violencia y asegurar que otros cinco millones reciban una educación de mejor calidad.