Los inmigrantes con escaso conocimiento del vocabulario español podrían tener resuelto el problema de comunicación entre médico y paciente, algo decisivo para un buen diagnóstico y para cumplir con las consignas dadas por el facultativo. Ello será posible si el extranjero acude a alguno de los centros de salud españoles donde está implantado un software denominado Lebab. Este programa facilita la entrevista médica, con texto y audio, en seis idiomas: español, inglés, búlgaro, rumano, árabe y chino. Esas lenguas cubren el 70% de la población inmigrante en nuestro país.
«No es un sistema de traducción simultánea. Y en este caso la mayor aportación no viene de la propia herramienta», indicó Ángel Santos, socio y consejero de Lebab, la empresa creadora del software del mismo nombre. La clave está en los contenidos desarrollados en torno a la aplicación: una base de datos con 12.000 términos médicos, elaborada con equipos de las áreas de Atención Primaria, Pediatría y Urgencias.
Su contenido ha sido certificado por la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), el Servicio de Asistencia Municipal de Urgencia y Rescate de Madrid (SAMUR), y la Asociación Española de Pediatría (AEP). «Todos los términos y preguntas están revisados por facultativos de los países de origen de los inmigrantes. También las alocuciones están realizadas por profesionales nativos», explicó Santos.
Lebab ya está funcionando en 40 centros de salud de Castilla y León. Y está previsto que se implante en el resto de esa comunidad para el próximo año. También está utilizándose en las ambulancias con ordenador del SAMUR. En varios centros de Atención Primaria de Madrid la están probando en Urgencias y en las consultas en el marco de un proyecto piloto que finalizará después del verano. Esa fase llegará en breve a ambulatorios de Toledo y Guadalajara. Además, el Ministerio de Defensa la está testando para asistencia remota y telemedicina con tropas desplazadas.
Paciente satisfecho
«El paciente sale muy contento porque sabe que el médico le ha entendido», afirmó Carlos Aguilera, médico de familia del centro de salud Mar Báltico en Hortaleza (Madrid), donde trabaja con Lebab. La aplicación, además, reduce el tiempo de la consulta. «Si antes tardábamos entre 20-25 minutos, ahora son unos 15», señaló. Lebab se basa en un sistema de preguntas, de tal manera que el inmigrante sólo debe responder con un sí, un no o un gesto (por ejemplo, señalar dónde le duele). El sistema muestra las traducciones tanto por escrito como por voz.
Para preguntar algo, el doctor puede elegir entre teclear la cuestión como en un buscador o a través de unos menús predeterminados desplegables con frases comodín. «Es muy fácil de utilizar por todo el personal sanitario», aseguró Aguilera. Al final de la visita, se imprime el informe con el diagnóstico y el tratamiento.