Las enfermedades derivadas de la falta de acceso al agua potable provocan cada año la muerte de dos millones de niños menores de cinco años, según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), que denuncia que la carencia de este recurso y la ausencia de infraestructuras de saneamiento producen el 88% de las muertes por patologías diarreicas.
Alrededor de dos millones de niños menores de cinco años mueren cada año a causa de estas enfermedades, lo que equivale a 5.000 casos cada día, según se recoge en el informe «Estado Mundial de la Infancia de Unicef 2008». Sin embargo, conseguir acceso universal al preciado bien es «posible y rentable», señaló la agencia de la ONU.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo en 2004 que con 22.600 millones de dólares (alrededor de 14.500 millones de euros) se podría lograr el acceso universal a servicios mejorados de agua y saneamiento. Además, estos cálculos indicaban que por cada dólar invertido en un proyecto que facilite el acceso a fuentes de agua potable se ahorrarían 4,4 dólares en tiempo, productividad, prevención de enfermedades, medicamentos, atención sanitaria y funerales.
«La crisis alimentaria, la subida de precios, las condiciones de sequía y falta de agua en algunos países están provocando la muerte de miles de niños cada día», declaró la presidenta de Unicef-Comité Español, Consuelo Crespo. «Podemos y sabemos evitarlo», apuntó. «Los programas de Unicef ya trabajan en acciones de acceso al agua potable y saneamiento, pero es necesario reforzar e incrementar los esfuerzos por parte de todos», añadió Crespo.
Un gesto tan sencillo como lavarse las manos adecuadamente puede salvar la vida de más de 800.000 niños al año y evitar el 47% de casos de las enfermedades diarreicas, según indica el informe de Naciones Unidas «Hacia la solución de una crisis mundial: El año de saneamiento 2008».