Los serruchos de mano requieren un mayor esfuerzo por parte del usuario para realizar los cortes que las sierras eléctricas, pero permiten trabajar más despacio, controlar si el corte se realiza en el lugar preciso, y siguiendo la línea marcada. Además, también se puede parar si se observa que la tarea no se está haciendo bien. Aunque las herramientas eléctricas también permitan realizar las mencionadas acciones, llevarlas a cabo siempre es más complicado y, sobre todo, más peligroso.
Lo primero que se ha de hacer es afianzar fuertemente la superficie que se vaya a cortar, a poder ser empleando unos sargentos. Después, coger el serrucho con fuerza, sujetar fuertemente con la mano libre el trozo de madera que se vaya a serrar para que no se vaya la sierra y comenzar el corte recto.
Seguir la línea marcada, sujetando y moviendo la mano libre para sujetar la tabla conforme se va serrando. Una vez se haya realizado limpiamente el corte, lijar levemente las superficies recién cortadas para eliminar la presencia de astillas o las posibles imperfecciones que se hayan producido a lo largo del corte.