Muchos vinos comerciales contienen iones de metales que resultan peligrosos para la salud, según advierte un estudio elaborado por la Universidad de Kingston en Londres y publicado en la revista «Chemistry Central Journal».
El estudio incluyó vinos tintos y blancos de Argentina, Austria, Brasil, República Checa, Francia, Alemania, Grecia, Hungría, Italia, Jordania, Macedonia, Portugal, Serbia, Eslovaquia y España. Sólo los caldos analizados de Argentina, Brasil e Italia estaban libres de metales, señalaron los investigadores Declan P. Naughton y Andrea Petróczi, autores del trabajo. Por el contrario, alertaron de los valores máximos encontrados en los vinos de procedencia eslovaca y húngara.
Los científicos afirman que la ingesta de una copa diaria de 250 mililitros podría, a largo plazo, tener un efecto perjudicial en la salud del consumidor. Esta conclusión se basa en la aplicación de una fórmula desarrollada por la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos. La fórmula, denominada THQ (Target Hazard Quotient), calcula el coeficiente de riesgo basado en los niveles máximos considerados seguros para varias sustancias químicas y se utiliza también en el caso de los mariscos, especies que acumulan materiales pesados.
Los valores de THQ contemplados en este estudio se han calculado en base a siete iones metálicos (vanadio, cromo, manganeso, níquel, cobre, zinc y plomo). Los valores en la mayoría de los vinos eran superiores a 1 (el valor que se considera inofensivo) y los promedios máximos variaban entre 50 y 200, pero los vinos húngaros y eslovacos llegaban a los 300.