Hoy en día, los automóviles incorporan múltiples sistemas de seguridad para proteger a sus ocupantes, pero la mayoría de estas medidas están diseñadas para los adultos. Por tanto, si viajamos con niños es necesario instalar el equipamiento adecuado para ellos, como son las sillas homologadas. Los niños hasta los tres años de edad deberán viajar en este tipo de asientos. En el caso de mayores de tres años y para alturas inferiores a 1,50 metros es obligatoria la utilización de un sistema de sujeción homologado a su peso y talla.
Es fundamental extremar las precauciones, por eso los más pequeños siempre deben ir colocados en sus dispositivos adaptados, sea cual sea el trayecto. No colocar al niño en su lugar, aunque se trate de desplazamientos muy cortos, o llevar al niño en el regazo o en brazos supone una verdadera temeridad. Si se produce una colisión el cuerpo del individuo que sujeta al niño puede caer sobre el pequeño y aplastarlo. También es conveniente saber que en caso de choque, aunque se produzca a una velocidad reducida, el peso del bebé puede alcanzar hasta una tonelada, por lo que sería imposible retenerlo.
Diferentes estudios han demostrado que las sillas de auto son un elemento de vital importancia para que los niños viajen seguros. Instaladas y colocadas correctamente evitan muchas de las muertes infantiles por accidentes de circulación. Asimismo, también reducen cerca de un 75% las lesiones graves producidas en colisiones. Eso sí, en caso de accidente se aconseja cambiar el asiento adaptado por uno nuevo o, como mínimo, que el fabricante lleve a cabo una revisión.
En ningún caso deben colocarse las sillas de seguridad en un asiento con air-bag y si el vehículo lo tiene estará desconectado. El air-bag supone un peligro para el bebé en caso de algún imprevisto, ya que al activarse podría causarle lesiones.
Los sistemas de retención infantiles se clasifican en cinco grupos. Esta clasificación atiende a las características sobre peso y talla del niño. En cada categoría aparece una edad que debemos considerar como un dato orientativo.
Grupo 0: Para bebés hasta los nueve meses de vida y de peso igual o inferior a 10 kilos. Hay varias opciones: el cuco para recién nacido, que consiste en un capazo rígido colocado en el asiento trasero en posición transversal y enganchado a los cinturones de seguridad; la silla-cesta pequeña y muy envolvente que debe ir en sentido contrario de la marcha pudiéndose colocar tanto en la parte trasera como delantera. Los capazos no son tan seguros como las sillas, porque su posición transversal no es la más idónea para retener al bebé. Por esta razón se restringe su uso para velocidades no superiores a 60 km/hora.
Grupo 0+: Aproximadamente corresponde a los dieciocho primeros meses de vida y hasta 13 kilos de peso. Estos bebés viajarán sentados en una silla especial anclada con el cinturón de seguridad en sentido contrario a la marcha.
Grupo 1: Al cumplir un año de edad y como máximo hasta los cuatro años o los 18 kilos pueden ir en una silla que dependiendo del peso se colocará en el asiento delantero o trasero. Pueden instalarse bien en el sentido de la marcha o al contrario, en este último caso se fija con el cinturón de seguridad de tres puntos.
Grupo 2 : Los niños entre tres y seis años y de 15 a 25 kilos pueden empezar a utilizar el cojín elevador con respaldo que utiliza el cinturón del vehículo ajustándolo a la altura necesaria. Este cojín se coloca en las plazas traseras mirando hacia delante. Hay que evitar que el pequeño se desplace por debajo del cinturón e intentar retenerlo por la cadera y no por el abdomen para no provocar lesiones de columna. Además de estos cojines existen asientos con ajuste de cinturón que no poseen arneses propios.
Grupo 3: Recomendado en niños de seis a doce años con un peso comprendido entre 22 y 36 kilos. Se acomodarán para realizar viajes en un cojín elevador con regulación de altura. Este sistema mediante el alza del asiento permite acoplar bien el cinturón del vehículo sobre la clavícula del niño. Para estas edades también es seguro utilizar unos arneses especiales que son el sustituto perfecto de los del coche. Tienen un aspecto similar a los de los pilotos de competición.
Todos estos sistemas de retención infantil, que se instalan con el cinturón de 3 puntos del vehículo, deben según la norma ECE 44/03, contar con una etiqueta de color naranja situada en la parte posterior. De esta manera podremos comprobar que están debidamente homologados y tener la certeza de que han sido sometidos a una serie de pruebas garantizando así su seguridad y fiabilidad.