Unos 600 ahorradores e inversores que se han visto afectados por la estafa de Bernard Madoff han constituido una agrupación para coordinar sus actuaciones frente a las entidades que les vendieron los productos financieros que resultaron contaminados por el fraude. Las víctimas, procedentes de España y de países como México, Brasil, Argentina o Israel, acumulan pérdidas que superan los 120 millones de euros.
Los perjudicados presentan perfiles distintos. La mayoría son pequeños ahorradores que han perdido entre 150.000 y 300.000 euros, obtenidos de la venta de negocios familiares o acciones, o de la lotería. Se quejan de que desconocían en qué consistían sus inversiones, jamás habían oído hablar de Madoff y compraron sus productos animados por los responsables de sus sucursales bancarias «de toda la vida», donde les prometieron que los productos «eran seguros».
Los abogados del despacho Cremades/Calvo Sotelo conducirán las reclamaciones de las víctimas ante el Santander, principal comercializador en España de productos de Madoff, y otras entidades como el portugués Banco Espirito Santo, el británico Barclays y el belga Fortis.
El Santander admitió que sus clientes tenían una exposición de 2.330 millones al fraude
El presidente del bufete, Javier Cremades, explicó que los productos fraudulentos fueron «colocados» a personas «sin formación financiera», a las que convencieron de que era una inversión «segura y enormemente rentable». Además, cree que los bancos pudieron cometer una «negligencia» a la hora de gestionar el dinero de sus clientes, y que los contratos contenían «cláusulas abusivas».
Los abogados de los afectados se reunirán la próxima semana con el Santander, que admitió que sus clientes tenían una exposición de 2.330 millones al fraude, para tratar de llegar a un acuerdo. De lo contrario, las víctimas anuncias decenas de demandas individuales.
La incineradora vizcaína Zabalgarbi está entre los damnificados por la estafa Madoff. Esta empresa tenía unos 3,7 millones de euros invertidos en el fondo Optimal Strategic que se han esfumado. Como el resto de afectados, la firma culpa al Banco Santander que, según asegura, le aconsejó la operación.
La incineradora decidió colocar en fondos de inversión 10,8 millones de euros a finales de 2006. La cantidad formaba parte de un fondo de garantía que se había comprometido a constituir con las entidades financieras que, en 2001, le prestaron 129 millones para construir las instalaciones de incineración de basuras en las faldas del monte Arraiz y una planta anexa de generación de electricidad.
Según fuentes de la compañía, el Santander, que actuó como líder de los bancos y cajas que concedieron el crédito, era el responsable ante ellos de verificar la existencia de ese dinero y de salvaguardar su destino. Por ello, le fue encargado a él la inversión de los 10,8 millones, que situó en manos de su gestora Optimal. De ellos, 3,7 fueron destinados al fondo Optimal Strategic, impulsado por el grupo cántabro y que había confiado todo su capital a Bernard Madoff.
En la letra pequeña de los documentos suscritos por los partícipes en el fondo ya se alertaba de lo que podía ocurrir: “Ni el fondo ni el custodio tienen la custodia real de los activos. Dicha custodia recae en el broker-dealer (que era Madoff). Por tanto, existe el riesgo de que el broker-dealer pueda fugarse con esos activos. Existe siempre el riesgo de que los activos depositados en el broker-dealer puedan ser apropiados indebidamente”.
La empresa ya ha exigido al Santander la “reposición íntegra de los importes invertidos en Optimal”. De lo contrario no descarta una reclamación judicial para conseguir la devolución.