Con sus 14 millones de kilómetros cuadrados, la Antártida está considerada como la mayor y más importante región natural del planeta, por lo que cualquier cambio en ella puede afectar al resto de la Tierra. Por ello, Estados Unidos ha propuesto un endurecimiento de la regulación sobre el turismo en el continente helado y la imposición de más restricciones a la llegada de barcos con turistas para proteger el enclave de daños medioambientales.
El anuncio fue realizado por la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, en su discurso de inauguración de la reunión conjunta del Consejo Consultivo del Tratado Antártico y del Consejo Ártico, donde destacó la importancia de fortalecer las regulaciones medioambientales ante el aumento del turismo en la Antártida. «Estados Unidos está preocupado por la seguridad de los turistas y por la idoneidad de los barcos que viajan al sur», según la resolución anunciada por Clinton. Esta resolución «impondría límites a la llegada de barcos que transportan muchos turistas», explicó Clinton en la conferencia, que se celebra en Baltimore hasta el día 17 de abril.
Estados Unidos también ha solicitado que se impongan más requisitos para los botes salvavidas de los barcos que viajan a la Antártida con el fin de garantizar que los pasajeros estén a salvo hasta que son rescatados en casos de emergencia. Clinton pidió igualmente a las delegaciones mayor cooperación internacional para prevenir el vertido de productos tóxicos de barcos turísticos.
El turismo en este continente ha aumentado de 6.700 personas en la temporada 1992-1993 a más de 46.000 en la 2007-2008, según estadísticas de la Asociación de Operadores Turísticos de la Antártida. La mayoría de los turistas son de Estados Unidos, casi el 36%, seguidos de los del Reino Unido y Alemania.