Los bancos españoles son los segundos más caros de la Unión Europea (UE). Según un informe publicado por la Comisión Europea (CE) sobre el sector, mantener una cuenta corriente en España cuesta al año, por término medio, 178 euros, mientras que en Italia se cobran 253 euros.
Las cifras se disparan si, en lugar de un cliente de actividad media, sobre el que se basan los datos anteriores, se consideran los costes que soporta un consumidor de un perfil «activo», es decir, que opera con mucha frecuencia. En esos casos, el usuario italiano paga 1.540 euros por cuenta, (máximo de la UE) mientras que en España puede llegar a desembolsar 650 euros.
En el extremo contrario de la clasificación se encuentran países como Bulgaria (27 euros), Países Bajos (46 euros) o Bélgica (58 euros). En Alemania, el precio medio de una cuenta es de 89 euros; en Reino Unido, 103 euros; y en Francia, 154 euros.
El informe de la CE también destaca que Austria, Francia, Italia y España son los cuatro estados donde las comisiones bancarias son más opacas.
La comisaria responsable de Protección de Consumidores, Meglena Kuneva, señaló ayer en Bruselas que las comunicaciones bancarias son en Europa demasiado opacas. «A los consumidores les resulta difícil saber a ciencia cierta lo que pagan y establecer comparaciones con otras ofertas», indicó. El informe revela que en el 66% de los bancos analizados, «las tarifas son tan poco claras que los expertos encargados de realizarlo se han visto obligados a reclamar información complementaria a los bancos, para calcular el costo real de las cuentas».
Sin embargo, en el caso español la CE puntualiza que «los precios están sujetos a negociación caso por caso entre el cliente y su banco, por lo que los costes reales deberían ser inferiores que los recogidos en las listas oficiales de precios».
El responsable de Mercado Interior, Charlie McCreevy, afirmó que la Comisión está determinada a esta situación, «lo que implicará imponer transparencia mediante una información comprensible para el consumidor, además de fijar reglas básicas para la gestión de estas operaciones».
El estudio, que ha analizado 224 entidades financieras europeas, 18 de ellas españolas, se completa con una encuesta entre los consumidores, que muestran un malestar amplio y generalizado. En numerosos casos se quejan de que las informaciones que reciben antes de cerrar contratos con sus bancos son «incomprensibles» o «insuficientes», el 79% reclama «informaciones normalizadas claras y comparables». Además, existe una carencia de información o consejos inadecuados sobre las inversiones a largo plazo.
La CE también advirtió de que en noviembre de este año entrarán en vigor una serie de principios comunes, de aplicación voluntaria, para facilitar a los consumidores el cambio de cuentas bancarias, y que vigilará el proceso de cerca, en busca de actitudes irregulares o sospechosas.