La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha confirmado que la concentración en la atmósfera de los gases causantes del cambio climático aumenta a un ritmo exponencial y ha alcanzado su nivel más alto en más de 250 años. Por ello, ha reclamado una acción internacional inmediata para atenuar este fenómeno mundial.
La OMM ha presentado, cuando sólo quedan dos semanas para la Conferencia de Copenhague sobre el Cambio Climático, nuevos datos que corroboran «el escenario más pesimista» del Grupo Intergubernamental de expertos sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés). Los datos recogidos alrededor del mundo, gracias a 200 estaciones de medición de los gases de efecto invernadero, revelan que su concentración y la elevación de la temperatura media global se ubican en la parte superior de la horquilla pronosticada por el IPCC, explicó el secretario general de la OMM, Michel Jarraud. «Es muy importante revertir esta tendencia tan rápido como sea posible», subrayó Jarraud, quien aseguró que sólo así se podrán minimizar las consecuencias del cambio climático.
El científico reconoció que el mundo está frente a «un aumento exponencial» de los gases de efecto invernadero, sobre todo del dióxido de carbono (CO2), que representa el 86% del total de partículas aceleradoras del cambio climático. Las principales fuentes de CO2 son la quema de combustibles fósiles (sobre todo petróleo y carbón) y la deforestación. Los otros dos gases que tienen un impacto significativo en el cambio climático son el metano, cuyas emisiones proceden del cultivo de arroz, la explotación de combustibles fósiles y los vertederos, entre otros; y el óxido nitroso, que proviene de la utilización de fertilizantes y diversos procesos industriales.
Jarraud instó a los gobiernos a alcanzar un acuerdo significativo en Copenhague, «ya que cuanto más se demore una decisión, más graves serán las consecuencias del cambio climático». Además, un fracaso en la definición de objetivos ambiciosos en esa conferencia significaría que las acciones de mitigación y de adaptación al cambio climático resultarán «más difíciles y costosas, sobre todo para los países en desarrollo», añadió.
Por otra parte, Jarraud lamentó que las posiciones «negacionistas» del cambio del cambio climático aún tengan un lugar en el debate público y recordó que algunos de los representantes más prominentes de esta corriente no son climatólogos y carecen de la experiencia de los expertos en la materia. «Reto a quien sea a poner en duda nuestras observaciones. Aun si se tiene en cuenta el margen de error, la concentración de gases de efecto invernadero sigue en aumento», dijo.