A la hora de comprar una vivienda de segunda mano es importante asegurarse de que las tuberías, los desagües, el cableado de la luz y las fachadas se encuentran en buen estado y comprobar la presencia de humedades, que pueden hacernos realizar un desembolso añadido al precio del piso si debemos repararlas.
Por eso es muy conveniente observar el estado de todo lo mencionado, incluso antes de pensar en si la ubicación u orientación de nuestra futura vivienda se adecua a nuestras necesidades. Probablemente el vendedor no tirará piedras sobre su propio tejado y si sabe que no ha cambiado las tuberías o los cables eléctricos no lo comentará. No obstante, el comprador deberá averiguar en lo posible el estado de los elementos constructivos y si existen humedades.
También resulta muy importante observar las fachadas y en el caso de que apreciemos la mas mínima imperfección preguntar a alguno de los potenciales futuros vecinos si sabe si las fachadas presentan problemas y se tiene pensado arreglarlas. Si esto es así, piense que el desembolso de la compra del piso será mayor si la comunidad de propietarios decide que es necesario realizar la reparación. Lo mismo sucede si el bloque de pisos no dispone de ascensor, puede que los vecinos se estén planteando colocarlo y será un gasto añadido.
Si hay que emprender la reparación de las fachadas, saber decidir entre los diferentes presupuestos de las empresas que se encargan de restaurarlas es importante, aunque complicado, debido a que normalmente se desconoce el proceso y el tipo de materiales y técnicas más idóneos para realizar la obra. Podemos intentar conseguir que un entendido nos asesore a la hora de tomar la decisión e incluso conseguir que supervise el arreglo.
Por lo menos hay que tener en cuenta que es necesario que los operarios retiren previamente todo el material que se esté cayendo y limpien bien la superficie para conseguir que el nuevo material recubriente no se caiga. En cualquier caso, las obras han de tener un periodo de garantía.