Un informe conjunto realizado por el British Council y el Ministerio de Educación asegura que la mayoría de los escolares españoles, tanto de Primaria como de Secundaria, que estudian según el Programa de Educación Bilingüe en Inglés (BEP), implantado en la escuela pública desde 1996, muestran un dominio «muy fluido» de esta lengua y la emplean de forma «natural». Este modelo de enseñanza bilingüe dedica al inglés el 40% del tiempo lectivo semanal.
Los resultados de la muestra indican que los alumnos de quinto y sexto de Primaria no sólo hablan este idioma sin dificultad, sino que utilizan terminología técnica y formulan locuciones extensas. En general, usan una amplia variedad de funciones del lenguaje para expresar el discurso propio de las asignaturas de ciencias y de las relacionadas con la lengua inglesa. Los alumnos de ESO llegan incluso a utilizar el inglés para una gran variedad de propósitos sociales y lectivos como bromear entre sí, ayudar a sus compañeros o llevar a cabo experimentos. «Estrategias como el trabajo grupal o la experiencia práctica están en la base de este buen nivel», asegura el documento.
La aplicación del programa en los niveles iniciales (Educación Infantil y primeros cursos de Primaria) permite a estos niños progresar «de forma significativa» en el aprendizaje y desarrollo del lenguaje desde los tres hasta los siete años. Para ello, los docentes se sirven en un principio de canciones y juegos, pero ya en segundo de Primaria comienzan a usar el inglés en ciencias y muestran «cierto grado de razonamiento verbal».
La mayor parte de los alumnos encuestados coinciden al opinar que el perfecto conocimiento de la lengua favorecerá sus estudios futuros y su trayectoria laboral, No obstante, son conscientes del esfuerzo que supone su práctica fuera del entorno escolar en un país «monolingüe». Aseguran que este modelo les produce «sensación de éxito» por ser capaces de cursar distintas asignaturas en su segundo idioma, sin que ello merme sus capacidades en español.
También los profesores ofrecen una opinión positiva respecto al impacto del bilingüismo en alumnos, docentes y centros. Entre los beneficios «más notables» que generan señalan el aumento de la competencia como hablantes del inglés y el estímulo para el desarrollo cognitivo de los jóvenes. La opinión general de los padres de alumnos de BEP también es «muy favorable». Sobre todo alaban el aprendizaje cultural de sus hijos, su desarrollo personal y sus perspectivas profesionales. Entre los más reticentes, algunos se muestran inquietos por la competencia gramatical de sus hijos y el posible impacto negativo que pueda tener en el aprendizaje de las asignaturas importantes.