El Ejecutivo central prevé que España cuente con 250.000 vehículos eléctricos (puros e híbridos enchufables) en 2014, tal como recoge la «Estrategia Integral para el Impulso del Vehículo Eléctrico» presentado ayer ante el sector industrial. En la elaboración de este plan, han participado 29 empresas, ocho patronales, seis ministerios, las comunidades autónomas y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).
Durante el acto, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó que la apuesta por el coche eléctrico «eléctrico simboliza la senda por la que ha de transitar la industria y la manera de llevar nuestra política industrial, es una oportunidad que no debemos dejar pasar para recuperar la senda del crecimiento y el empleo». Por ello, el Ejecutivo invertirá 590 millones de euros en los próximos dos años en 15 medidas dirigidas a fomentar la demanda de estos vehículos, la industrialización e I+D+i, y el desarrollo de infraestructuras de recarga y promoción.
Entre las acciones contempladas, destaca la subvención para particulares y empresas de hasta el 20% del coste de un coche eléctrico, con un límite de 6.000 euros. Para financiar estas ayudas se ha previsto 240 millones de euros. A este dinero se suman otros 140 millones para 2011 y 2012, que servirán de apoyo a la industrialización y la I+D+i. De igual forma, la iniciativa contempla líneas prioritarias de apoyo a la innovación en coches eléctricos para identificar y analizar tecnologías novedosas, y para la investigación, por valor de 173 millones. En el ámbito de la comercialización, el programa fija como objetivo alcanzar unas ventas de 20.000 unidades en 2011 y de 50.000 unidades en 2012, correspondientes en su mayoría a flotas de empresas y servicios.
El Gobierno considera que el vehículo eléctrico es una oportunidad industrial en un momento decisivo para el sector de la automoción, tecnológica, energética y medioambiental y abre un campo pionero para el desarrollo de software para recarga de baterías y al desarrollo de las redes inteligentes (smart grid). Desde el punto de vista energético, el Ejecutivo asegura que fomentará el uso de las energías renovables y mejorará su gestión e integración en el sistema eléctrico, al tiempo que aporta ventajas ambientales evidentes ya que no emite CO2, ni otras partículas en suspensión, y es más eficiente desde un punto de vista energético.