Un equipo de geólogos adscritos a la Secretaría General del Mar (SGM) y de biólogos del Instituto Español de Oceanografía (IEO) ha descubierto un arrecife de corales de aguas frías a más de 800 metros de profundidad en el Mar Cantábrico. El hallazgo ha tenido lugar durante la reciente campaña a bordo del buque oceanográfico Vizconde de Eza y en el marco del proyecto INDEMARES.
El Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM) aseguró que este descubrimiento supone «un importante logro para la ciencia, ya que se desconocía hasta la fecha la existencia de este tipo de arrecifes profundos de coral en aguas españolas». Durante muchos años, estos ecosistemas, con elevados índices de biodiversidad, se han asociado a zonas tropicales de aguas cálidas y bien iluminadas debido a su dependencia de algas simbiontes.
El desarrollo de modernos robots y submarinos ha permitido descubrir arrecifes de coral en aguas frías y profundas en muchas zonas del planeta, donde habitan multitud de especies desconocidas para la ciencia y que, entre otras muchas características, son capaces de frenar el cambio climático al ser sumideros de carbono, con lo que se disminuye la presencia de gases de efecto invernadero en la atmósfera.
El proyecto INDEMARES, coordinado por la Fundación Biodiversidad, tiene como objetivo contribuir a la protección y uso sostenible de la biodiversidad en los mares españoles mediante la identificación de espacios de valor para la Red Natura 2000. En esta primera campaña del proyecto en la zona de influencia del Cañón de Avilés (Asturias), denominada INDEMARES-AVILÉS 0410, un equipo multidisciplinar formado por especialistas en geología y biología inició la primera fase del estudio dirigida a conocer las características de los ecosistemas y cartografiar sus hábitats y comunidades. Para ello utilizaron modernas tecnologías, que les permiten obtener valiosos datos hasta 5.000 metros de profundidad.
De este modo, se ha cartografiado un área de más de 6.400 kilómetros cuadrados y en el transcurso de los estudios se realizaron importantes descubrimientos, como la existencia de un complejo y desconocido sistema de cañones tributarios al eje principal del de Avilés y que vierten finalmente a la llanura abisal del Golfo de Vizcaya en un solo depósito de abanico, situado a 4.800 metros de profundidad.
Uno de estos cañones tributarios, de 16,5 kilómetros de longitud y 6,1 kilómetros de anchura máxima, presenta aspectos singulares tanto en lo que respecta a sus características geológicas y dinámica de corrientes, así como por haber identificado en él y a gran profundidad un destacable y bien estructurado arrecife de corales de aguas frías.