Los ministros de Vivienda de la Unión Europea (UE) acordaron ayer en Toledo dar un impulso a las políticas de renovación y rehabilitación del parque residencial «para lograr la recuperación económica, generar empleo y caminar hacia un nuevo modelo de crecimiento». Además, se pretende mejorar la eficiencia energética y la cohesión social y territorial de los Estados miembros.
La ministra española de Vivienda, Beatriz Corredor, señaló que Europa se encuentra en un momento de especial trascendencia para el futuro de la Unión y, por ello, consideró necesario avanzar en la recuperación económica y propiciar un cambio de modelo de crecimiento. En su opinión, éste debería basarse en la sostenibilidad energética, medioambiental y social.
Corredor aseguró que la rehabilitación, además de demandar una ratio elevada de empleo, mucho mayor que la nueva edificación o que la obra civil, genera actividad en las industrias auxiliares y en los fabricantes de materiales de construcción, a la vez que refuerza la productividad y competitividad del sector. A esto se suma, añadió, que «contribuye a la sostenibilidad del sistema, mediante la reducción del consumo energético y el uso de fuentes alternativas de energía, mejora la calidad de vida de los ciudadanos y dinamiza la innovación, pues requiere del desarrollo de nuevos materiales constructivos y técnicas de edificación».
En el comunicado aprobado en la XVIII Reunión Informal de Ministros de Vivienda de la UE, se propone a la Comisión Europea que la vivienda contribuya a la eficiencia energética y que la rehabilitación del parque edificado sea una tarea «fundamental» en la medida en que la UE se proponga alcanzar objetivos relativos a la recuperación económica, el cambio climático y la cohesión social, y que establece la estrategia 2020.
Rehabilitación energética
En el documento, los ministros europeos pusieron de relieve que la política de vivienda está concernida por la política energética. El sector de la edificación residencial, señalaron, supone el 40% del consumo total de energía de la UE, por lo que la rehabilitación energética ofrece un amplio potencial para impulsar la eficiencia energética, la reducción de gases de efecto invernadero y frenar la denominada «pobreza energética», sobre la que se desprenden datos como el de European Quality of Life Survey, que denuncia que en 2007 el 10% de la población europea no podía permitirse mantener un nivel adecuado de calefacción en su vivienda.
En esta línea, Corredor señaló que mejorar la eficiencia de una vivienda a través de la rehabilitación energética «no sólo no es un gasto, sino una inversión y un ahorro a medio plazo». Indicó que un mejor aislamiento de las fachadas o de los cerramientos puede suponer un ahorro de hasta el 40% en la factura energética de cada hogar.
En la reunión informal celebrada en Toledo también se acordó solicitar al Banco Europeo de Inversiones (BEI) que promueva la rehabilitación y mejora de la eficiencia energética del parque de viviendas en los Estados miembros de la UE, con nuevas fórmulas para mejorar la financiación a los agentes principales en este terreno.