Una pareja de águila imperial ibérica ha criado con éxito en Cádiz dos polluelos, 60 años después de la desaparición de esta especie en la provincia. El acontecimiento es fruto del programa de actuaciones para la conservación de esta especie en peligro de extinción en Andalucía, que desarrolla desde 2002 la Consejería de Medio Ambiente, en colaboración con la Estación Biológica de Doñana.
Según destacó la Junta de Andalucía, es la primera vez que se logra iniciar la recuperación de una población extinguida de esta rapaz en el mundo, lo que «certifica el éxito de la estrategia seguida por la Administración andaluza y supone un logro sin precedente en el manejo de esta rapaz». Además, se consolida su asentamiento y pone las bases para su recuperación definitiva en la zona. La pareja reproductora, que ha sido también la primera en asentarse en la provincia de Cádiz después de varias décadas, está formada por un macho liberado por Medio Ambiente en 2007 y una hembra de origen silvestre de unos cinco años de edad.
Los técnicos andaluces de Medio Ambiente han podido comprobar el buen estado de salud de los dos nuevos ejemplares, que cuentan con unos 70 días de edad y son atendidos por sus progenitores. Según estos especialistas, la elevada densidad de conejos en la zona de cría incrementa las posibilidades de salir delante de ambos polluelos, al tiempo que hace innecesario proceder al aporte de alimentación suplementaria al nido.
Desde el comienzo del programa de reintroducción de esta especie en Cádiz se han soltado en la zona 45 ejemplares y hasta la fecha han sido cinco las parejas que se han formado en Andalucía a partir de los ejemplares liberados en la provincia gaditana.
Por otro lado, con el reciente logro cosechado en Cádiz se consigue por primera vez la ampliación del área de distribución de la especie y se favorece el flujo genético entre las dos poblaciones asentadas previamente en la región (Doñana y Sierra Morena). Según explicó la Junta de Andalucía, la importancia de este hecho radica también en que, a pesar de ser una especie muy productiva, el águila imperial tiene grandes dificultades para colonizar nuevos territorios, además de una elevada mortalidad juvenil. Por tanto, «se han puesto las bases para la recuperación definitiva, aunque para conseguir una población estable en un lugar donde la especie se había extinguido es necesario el establecimiento de varias parejas reproductoras y seguir con el proyecto de reintroducción hasta conseguir este objetivo».