Una camisa a cambio de una consulta médica y un libro por un kilo de fruta. Así funcionan las llamadas ‘Redes de Trueque’. En el marco de una economía global, el trueque es una actividad económico-social de complemento que ayuda a paliar los desajustes entre los más ricos y los más desfavorecidos. Es una de las opciones más utilizadas por los más necesitados y por los países que se encuentran atravesando importantes crisis económicas. Esta modalidad de mercado que nació hace dos siglos reaparece a mediados de los noventa ante la alarmante crisis económica de Latinoamérica. Y desde entonces, son muchas las familias que sobreviven a través de esta forma de pago, concretamente se encuentra muy extendida en países como Brasil, Bolivia, Colombia, Chile, México, El Salvador, Perú, Uruguay y Argentina. Solamente en este último existían en 2003 más de 400 clubes de trueque, donde 320 mil personas movilizaron bienes por un valor de alrededor de 140 millones de euros. La principal novedad es que también está siendo muy utilizado en otros países cuyas economías no atraviesan momentos tan difíciles: Canadá, Japón, España, Holanda, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Bélgica, o Finlandia.
El especialista Pablo Seman recuerda que durante los años de la Gran Depresión en Estados Unidos y de la posguerra en Europa las redes de trueque surgieron espontáneamente. «La aparición contemporánea de esta forma de intercambio se encuentra entonces ligada a situaciones límite, donde la moneda circulante no basta para hacer frente a las transacciones normales en una sociedad». Este antropólogo considera que la moneda es un lazo social fundamental: quien concentra moneda acumula poder en la sociedad. Si se establecen pautas de intercambio no monetario, se reemplaza a la moneda como lazo social por la pertenencia a un grupo, que suple la función de la moneda. Hay creación de poder alternativo».
El trueque es considerado, por tanto, una forma de «economía solidaria», en la que todos colaboran entre sí al ser productores y consumidores a la vez, conocidos como ‘prosumidores’, en una relación transparente y equitativa. Asimismo, ontribuye a mejorar la situación de depresión psicológica y económica en que se encuentran los grupos sociales excluidos del mercado de trabajo
Contribuye a mejorar la situación de depresión psicológica y económica en que se encuentran los grupos sociales excluidos del mercado de trabajo. «Con el trueque se elimina la necesidad de dinero para obtener bienestar y se favorece el aprovechamiento de saberes y recursos locales», señala Alejandro Salinas, uno de los impulsores de esta iniciativa. Se concibe principalmente como una actividad en crecimiento que ofrece posibilidades laborales a los desocupados, amas de casa, jubilados, artesanos y a cualquiera que sienta la necesidad de un cambio en sus actitudes de vida. Entre las principales características del sistema de trueque destaca que en ningún momento el dinero forma parte de la operación a realizar. Para realizar cualquier adquisición a través de esta modalidad es necesario agruparse en un Club de Trueque, donde generalmente existe un número limitado de miembros. De esta manera se propicia que todos se conozcan y vayan conociendo las necesidades de todos. El valor de las mercancías a trocar se establece de acuerdo con los mercados locales y la filosofía de funcionamiento de las redes de trueque es que nunca se negocia con dinero y se prohíbe el comercio de drogas y prostitución.
El trueque multirecíproco
Originalmente se denominaba trueque al intercambio de bienes entre dos personas sin hacer uso del dinero. Hoy sin embargo, el concepto adquiere nuevas dimensiones y características: se trata de fomentar el trueque multirecíproco, el más utilizado en estos momentos en los clubes, también llamados «Nodos«. En ellos no se da un producto por otro, sino que se paga con ‘créditos’, una especie de moneda social que se establece para facilitar el intercambio. Cada Nodo edita una lista con las ofertas de bienes y servicios que realizan los socios. En las listas se puede encontrar desde alguien que ofrece tortillas, hasta otro que ofrece servicios de electricista, pasando por profesores de inglés o informáticos y médicos.
Aunque no tienen un valor de mercado real, es común que cada crédito valga lo mismo que una unidad de la moneda del país donde circula. Así, se encuentran los llamados «bonos de cambio» en Ecuador, «talentos» en Colombia y «tupís» en Brasil. Estos créditos no tienen dueño, se distribuyen equitativamente entre los integrantes de una Red de Trueque y no se acumulan ni atesoran como una mercancía. Este mecanismo de economía alternativa no trata de reemplazar sin embargo a la economía formal. Puesto que en el sistema económico actual sólo se puede acceder a los bienes y servicios a través del dinero y éste sólo se consigue por medio del trabajo, en los países donde cada vez hay menos dinero y menos trabajo, la Red del Trueque representa una salida eficiente y solidaria para cubrir las necesidades más básicas.
- Lograr que exista menos rentabilidad y más solidaridad. Se basa en un conjunto de actitudes que promuevan las relaciones humanitarias y humanizantes.
- Que los bienes y servicios sean socialmente útiles o necesarios para no recaer en el gasto innecesario. -Reducir el costo de los traslados. Potenciar los vehículos a gas y utilizar la bicicleta.
- La elaboración de los productos para el trueque ayuda a tener conciencia de la totalidad del proceso económico porque se es parte del circuito y no un mero eslabón perdido de la producción masiva.