Entre la localidad leonesa de Hospital de Órbigo y la cruz de Ferro, máxima cota entre Roncesvalles y Santiago de Compostela, median 45 kilómetros. Cada día cientos de caminantes recorren este tramo en su periplo por el Camino Francés. Todos con su mochila salvo Trudy Boukas, una peregrina voluntaria de nacionalidad greco-estadounidense que, guantes en mano y con grandes bolsas, ha optado este verano por recorrerlos mientras recoge la basura que peregrinos y otras personas dejan en el Camino.
Durante once días, a una media de cuatro kilómetros recorridos durante siete u ocho horas, Boukas ha recogido 500 kilos de basura. Esta labor altruista, solidaria y de concienciación ha sido respaldada por los miembros de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Astorga y su Comarca, que han ayudado a Boukas en la logística para llevarla al punto de inicio y recogerla al final de cada jornada. Además, los últimos días, los albergues Nuestra Señora del Pilar de Rabanal del Camino y el albergue parroquial Domus Dei de Foncebadón han prestado alojamiento gratis a la voluntaria.
El trabajo encomiable llevado a cabo por Trudy Boukas ha puesto de manifiesto la ausencia de papeleras o contenedores en muchos puntos del Camino, así como la necesidad de agilizar la recogida donde ya los hay. No obstante, se considera que es una labor de todos mantener limpio el Camino y portar la basura hasta los lugares habilitados para ello.