Más de tres millones de ciudadanos han canjeado en las oficinas de Correos los vales por bombillas de bajo consumo que han recibido junto con su factura eléctrica. Del total de 12,3 millones de cupones entregados este año por el Ministerio de Industria Turismo y Comercio, sólo el 24% se han canjeado.
En 2009, el envío de vales fue progresivo en las distintas comunidades autónomas, pero este año la distribución de cupones se realiza en dos fases y por compañías eléctricas. La campaña la iniciaron a mediados del mes de abril entre sus clientes las compañías E.ON, HC Energía y Gas Natural Fenosa. A lo largo de julio y agosto se ha realizado la segunda fase de envíos por parte de Endesa e Iberdrola. Todos los vales enviados podrán canjearse hasta el 31 de diciembre de 2010.
La iluminación representa la quinta parte del consumo eléctrico de un hogar. Industria afirma que la instalación de las bombillas de bajo consumo generará un ahorro anual de 252 GWh, equivalente al consumo de 63.000 hogares. Una lámpara de bajo consumo ahorra unos 100 euros durante su vida útil, ya que necesita un 80% menos de energía y dura entre seis y ocho veces más que las bombillas incandescentes. Además, este menor consumo evitará la emisión a la atmósfera de 101 toneladas de CO2 y en términos económicos representa un ahorro de unos 40 millones de euros.
El reparto gratuito de bombillas de bajo consumo forma parte del Plan de Ahorro y Eficiencia Energética puesto en marcha por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. Su objetivo es sensibilizar a los ciudadanos sobre las ventajas que tienen una iluminación eficiente y la necesidad de adoptar buenos hábitos en el consumo diario de energía.
Además, con esta estrategia «España se adelanta a los plazos aprobados por la Unión Europea (UE) para sustituir las bombillas convencionales por lámparas más eficientes». El calendario previsto por la UE contempla la supresión progresiva de las bombillas incandescentes a partir de septiembre de 2009 y su sustitución por los nuevos modelos eficientes. Las últimas bombillas tradicionales dejarán de comercializarse en 2012. El principal objetivo de la normativa europea es reducir el consumo eléctrico por parte de los hogares y las empresas, dentro del plan europeo de lucha contra el cambio climático, que incluye la reducción del 20% en consumo energético en el horizonte del año 2020.