Las Auditorías Mediombientales son una herramienta de planificación y gestión que responde a las exigencias de cualquier tratamiento del medio ambiente urbano. La Auditoría Ambiental sirve para analizar e interpretar la situación y el funcionamiento de entidades tan diversas como una empresa o un municipio, estudiando la interrelación de todos los aspectos para identificar los puntos fuertes y débiles en los que hay que incidir para lograr un modelo sostenible respetuoso con el medio ambiente. En el caso de una empresa, un uso más concreto de la Auditoría medioambiental se refiere a la cuantificación de una operación industrial, determinando si los efectos de contaminantes están dentro de las normas y si se cumplen las leyes de protección ambiental. Los estudios de evaluación de impacto ambiental se hacen generalmente para determinar si un desarrollo nuevo o una obra de expansión cumplirán con los reglamentos durante la construcción y operación del proyecto.
Algunas auditorías son proyectos de gran escala que incluyen el plan inicial del proyecto, el reconocimiento de la zona, el muestreo y colección de datos, análisis de las muestras, simulación matemática, determinación de controles apropiados y medidas de mitigación. Además del impacto ambiental, las Auditorías toman en consideración la salud y seguridad de los trabajadores dentro de la instalación. En definitiva, las Auditorías medioambientales, entendidas como una herramienta de protección proactiva y preventiva del medio ambiente, suponen un instrumento para el incremento de la eficiencia y de la reducción de los costes. Asimismo, las Auditorías Ambientales son un instrumento muy útil en toda operación de compraventa, así como en la concesión de créditos o seguros, puesto que cualquier lugar en donde haya existido una actividad industrial es susceptible de ocultar pasivos ambientales que pueden repercutir en el coste económico y en unas responsabilidades subsidiarias sobre el nuevo propietario, como determina la Ley de Residuos. Esta ley puede traducirse en obligaciones de recuperación de la contaminación, así como responsabilidades penales, lo cual puede representar un coste importante. Por ello, estas Auditorías, llamadas de Transacciones de Compraventa, incluyen una evaluación de los costes económicos y legales asociados a una posible contaminación de suelos, aguas o de los propios edificios, al incumplimiento de la normativa legal medioambiental presente y futura, y a la gestión ambiental inadecuada.
En el caso de un municipio, las Auditorías sirven para poder definir una correcta política ambiental que haga posible la sostenibilidad de los recursos ambientales, identificando aquellas incidencias medioambientales que afectan al municipio, con el objetivo de subsanarlas. En definitiva, se trata de un punto de arranque para la ejecución y establecimiento de actuaciones medioambientales en el municipio, y para la puesta en marcha de los sistemas de participación ciudadana y el desarrollo y la aplicación de la Agenda 21 Local. Las Auditorías pueden ser realizadas por especialistas internos o con la colaboración de asesores externos, si bien se recomienda considerar la composición interdisciplinaria. Por su parte, un Auditor medioambiental debería contar con un perfil que incluyese conocimientos sobre legislación y auditoría, sobre ciencias naturales, sobre técnica de procesos y sobre sistemas de gestión y administración de empresas. Una vez que han tomado y estudiado los datos, los auditores informan de la situación y sugieren posibles remedios. En ocasiones, también es necesario el establecimiento de un plan de monitoreo permanente con el que poder observar parámetros meteorológicos, de contaminación atmosférica, o de concentración de contaminantes en el agua y desechos.
En definitiva, una auditoria medioambiental cuenta con los siguientes objetivos:
- Cumplimiento de las leyes y reglamentaciones ambientales.
- Identificación y eliminación de fallos, desviaciones y posibles riesgos ambientales, de manera que puedan crearse y/o mejorarse las medidas de prevención y los sistemas de gestión de riesgos medioambientales.
- Formación de todas las personas que forman parte de aquello que ha sido auditado, aumentando su conciencia ecológica.
- Creación de un sistema de información y comunicación interna y externa.
- Mejora de la protección del medio ambiente y de las condiciones sanitarias y de seguridad.
- Optimización del consumo de recursos para lograr una reducción del mismo.
- Mejora de las condiciones acordadas con bancos y compañías de seguros, así como de las relaciones con autoridades, clientes y opinión pública.