Los municipios de Lourizán (Pontevedra) y Flix (Tarragona) registran niveles «muy elevados» de mercurio en el aire, que superan «con creces» el límite marcado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la exposición crónica. El informe de Ecologistas en Acción «Inmisiones de mercurio en la industria clorcáustica 2006-2010» detecta también restos de este metal pesado en los suelos de las huertas.
Enmarcado en la campaña internacional «Mercurio Cero», el trabajo se realizó durante el pasado verano cerca de las fábricas de cloro que utilizan mercurio. Según las conclusiones, la industria del cloro emitiría «mucho más mercurio del que declara oficialmente, con lo que pone en riesgo la salud de los vecinos». La organización asegura que «todo el pescado» que se consume está «contaminado por mercurio» y que las cantidades de mercurio detectadas en el medio ambiente y en el cuerpo humano siguen en ascenso.
Ecologistas en Acción señala que desde «hace años» la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Unión Europea (UE) alertan de la «urgencia de controlar este problema de salud pública». Mientras la situación en todo el mundo es «de máxima alerta», en España «las autoridades no se deciden a tomar medidas», apunta. La organización indica que las plantas de cloro-sosa con celdas de mercurio son las principales consumidoras de mercurio en España. Afirma que se trata de una tecnología obsoleta que fue superada hace tiempo por un proceso de membrana, de producción limpia y que consume un 30% menos de energía. Exige por ello que no se autorice la producción de cloro con tecnología de celdas de mercurio, así como que se obligue a las empresas a limpiar los suelos y aguas que hayan contaminado y a indemnizar a las personas afectadas.
Los ecologistas explican que el mercurio puede formar metilmercurio, que se acumula y concentra en los ecosistemas acuáticos y, sobre todo, en grandes peces como el atún, el tiburón y el pez espada. Es un neurotóxico que puede afectar a la formación del cerebro, por lo que «la exposición es muy preocupante durante el embarazo o la lactancia», mantienen. Además, puede provocar daños en el sistema cardiovascular y aumentar la mortalidad.
El mercurio provoca también transtornos neurológicos y de comportamiento como temblores, labilidad emocional, insomnio, pérdida de memoria, cambios en el sistema neuromuscular, dolores de cabeza, además de fallos en el riñón y la tiroides. El Centro Internacional de Investigación sobre el Cáncer considera que los compuestos de metilmercurio pueden ser carcinógenos, indica la organización.