La Comisión Europea (CE) ha publicado un informe, según el cual, España se sitúa entre los países de la Unión Europea (UE) con mayor tasa de participación en educación preescolar. El 99% de los menores de cuatro años tiene en nuestro país acceso al sistema educativo, porcentaje por encima de la media comunitaria (92,3%).
Sólo Francia (100%) y Países Bajos y Bélgica (99,5%) superan a España, pese a que en nuestro país el acceso a preescolar ha caído un punto entre 2000 y 2008. Las tasas más bajas corresponden a Polonia (donde apenas el 67,5% de los menores de cuatro años tiene plaza en centros educativos), Grecia (68,2%), Finlandia (70,9%) e Irlanda (72%). Entre los grandes Estados miembros, Italia cuenta con una participación del 98,8%, Reino Unido del 97,3% y Alemania del 95,6%, según el citado informe.
«Destinar dinero a la educación y los cuidados de la primera infancia es una de las mejores inversiones que podemos hacer para nuestros hijos y para el futuro de Europa», señaló la comisaria de Educación, Androulla Vassiliou. «Resulta mucha más efectivo invertir en una educación preescolar de calidad que cualquier intervención más adelante, ya que se ofrecen a nuestros jóvenes más oportunidades en la vida y, de hecho, sirve para ahorrar dinero a largo plazo», resaltó. En su opinión, romper el círculo vicioso de pobreza y carencias implica reducir los pagos del contribuyente para servicios sanitarios y hospitalarios, educación especial, asistencia social y seguridad.
Los ministros de Educación de la UE fijaron en 2009 la meta de que el 95% de los niños reciba educación y cuidados en la primera infancia a partir de la edad de cuatro años. La media actual de la UE es del 92,3%, pero también en este punto las cifras difieren de forma considerable y no reflejan necesariamente la calidad de los servicios ofrecidos, según Bruselas.
El Ejecutivo comunitario recomienda a todos los Estados miembros que garanticen el acceso universal a una educación preescolar de calidad, basada en una financiación estable, y que elaboren unos planes de estudio adecuados a la edad, con un equilibrio entre el aprendizaje de competencias técnicas e interpersonales. También aconseja que mejoren la profesionalización del personal y que pongan en marcha sistemas de garantía de calidad.