Para realizar las tareas de bricolaje más habituales, resulta imprescindible contar con un equipo básico de herramientas. Del mismo modo, es fundamental mantenerlas en buen estado y ordenadas para no desperdiciar tiempo en su búsqueda. Hay distintas alternativas para organizar y almacenar los utensilios: desde las tradicionales cajas y las bolsas portaherramientas, hasta los modernos maletines con ruedas o las polivalentes cajas de tipo escabel. Antes de elegir cualquiera de las opciones, hay que asegurarse de que están fabricadas en un material que protege las herramientas y constatar que su capacidad se ajusta al número y a las medidas de los utensilios. Como mínimo, la caja debe tener una longitud de 50 cm.
Materiales apropiados
Para seleccionar el sistema de almacenaje, es conveniente considerar varios aspectos. La resistencia que proporciona es una característica elemental. Para las cajas plásticas, el policarbonato de alto impacto resulta una opción adecuada. Si se elige una bolsa o estuche portaherramientas, es preferible adquirir las confeccionadas en nylon grueso.
El tamaño del sistema de almacenaje tiene que ser suficiente como para albergar herramientas grandes: sierras para metales, limas o sargentos. La longitud de la caja debe medir, como mínimo, 50 cm.
La movilidad y la facilidad de manipulación que proporciona una caja de herramientas es otra de las cuestiones que se debe atender. Siempre que sea posible, hay que elegir un sistema ligero y fácil de transportar. Debe incluir asas anchas, robustas y extensibles, si es un carro transportable de herramientas. En ese caso, se recomienda que las ruedas sean de goma para evitar arañazos y hendiduras en los suelos. Deben tener un diámetro mínimo de 10 cm para asegurar que soporten la carga.
Es preferible elegir los modelos con fácil acceso a la bandeja superior, sin necesidad de abrir todos los niveles
Otro aspecto fundamental que se debe revisar es la distribución del espacio interno del sistema de almacenaje. Lo habitual es que disponga de varios niveles de cajones y compartimentos. En esos casos, resulta más cómodo elegir los modelos cuyo acceso a la bandeja superior se realice sin necesidad de abrir todos ellos. Es preferible optar por cajas de herramientas con organizadores fabricados en plástico transparente, ya que permiten ver el contenido con más facilidad.
Para las herramientas eléctricas
En su mayoría, las herramientas eléctricas portátiles se comercializan en un estuche para facilitar su transporte y almacenar el cargador de batería. Si carecen de él, la opción más adecuada es adquirir un maletín individual específico para este tipo de utensilios. Están fabricados en plástico rígido y su interior está forrado de espuma para proteger la herramienta de posibles golpes y caídas.
Los embalajes de cartón originales sólo son recomendables para desplazamientos ocasionales. Al mantener guardados de forma duradera los utensilios eléctricos en estas cajas, las herramientas se conservan peor. Corren el riesgo de recibir impactos no deseados o de entrar en contacto con agua.
Las cajas de tipo escabel son multifunción. No sólo permiten organizar y almacenar herramientas y accesorios, sino que además se transforman en un banco con el que acceder a determinadas alturas, o sobre el que realizar distintas tareas. Este sistema de almacenaje tiene en su interior una bandeja central, donde se depositan las herramientas básicas, y compartimentos laterales para guardar otras piezas.
Adopta dos posiciones. Cerrada, llega a medir alrededor de 40 cm de alto y se emplea para colgar cuadros, baldas o revisar la toma de la antena. Para abrirla, se tira de la parte superior, que es extensible, y se fija con dos mordazas laterales. El conjunto se eleva hasta 80 cm y se convierte en un plano horizontal sobre el que pulir, serrar, taladrar o encolar piezas, al tiempo que las herramientas están al alcance de la mano.