El vertido de agua radiactiva procedente de la central nuclear japonesa de Fukushima-1 al océano Pacífico ha cesado gracias a la inyección de silicato de sodio al pozo donde se había detectado la fuga, según ha anunciado la Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO). Los operarios han inyectado unos 1.500 litros de este compuesto químico en el pozo subterráneo al que se ha filtrado el agua desde la planta, ubicado en los alrededores del reactor número dos.
Los técnicos descubrieron hace tres días el escape e intentaron determinar su origen mediante el seguimiento del curso del agua tintada que inyectaron al reactor. La causa de la fuga era una fisura en una de las tuberías, que han tratado de cubrir con una mezcla de polímero. Hallado el foco del problema, ahora la compañía estudia la construcción de unos diques que contengan la expansión del agua contaminada por radiación a través del océano.
La Agencia de Seguridad Nuclear de Japón ha pedido disculpas a los países vecinos por el vertido intencionado de agua radiactiva al mar desde la central nuclear de Fukushima-1. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Corea del Sur ya mostró el lunes su preocupación por este vertido. El portavoz de la citada agencia, Hidehiko Nishiyama, aseguró que las autoridades japonesas no pudieron contactar con las surcoreanas antes de tomar esta determinación.
Nishiyama reiteró sus disculpas, pero argumentó que el vertido de agua al mar era una medida urgente. Además, añadió que el Gobierno nipón explicará plenamente esta decisión a los países que puedan verse afectados y responderá a las preguntas sobre la situación en la planta, donde se teme que las repercusiones del accidente vayan a más.
TEPCO anunció el lunes 4 de abril su intención de arrojar al mar agua contaminada con materiales radiactivos con el fin de acelerar los trabajos en la central nuclear Fukushima-1. Estas aguas habían impedido, debido a su radiactividad, que los trabajadores de la central nuclear solucionaran ciertos problemas de estas instalaciones. Se estima que la concentración de sustancias contaminantes en esta agua supera en unas 100 veces el límite legal, si bien TEPCO indicó que se trata de un nivel relativamente bajo.
La mayor parte del agua vertida estaba almacenada en unas instalaciones, mientras que el resto correspondía a agua subterránea que se encuentra cerca de los reactores número cinco y seis. Además, TEPCO ha echado agua coloreada en una zanja subterránea para tratar de averiguar el origen del agua contaminada que se ha filtrado desde Fukushima-1 hacia el océano Pacífico. El agua radiactiva inunda el sótano del edificio que aloja la turbina del reactor número dos y la zanja subterránea conectada a él.
«Hay que impedir cuanto antes que el agua radiactiva se extienda en el mar», subrayó el secretario del Gabinete del Gobierno japonés, Yukio Edano. Edano advirtió de que cuanto más tiempo continúe la contaminación, mayor será el impacto sobre el mar, incluso aunque los materiales radiactivos se diluyan.