El agravamiento de la prolongada sequía que afecta a Francia ha obligado a las autoridades a imponer límites al consumo de agua a un tercio de los departamentos, según ha confirmado la ministra de Medio Ambiente, Nathalie Kosciusco-Morizet. El Gobierno francés ha impuesto límites al consumo de agua a 27 de los 98 departamentos administrativos, si bien Kosciusco-Morizet aseguró que estas medidas podrían ejecutarse en otros tres más.
«Ya estamos en una situación de crisis. La coyuntura actual es la que cabía esperar en julio en cuanto a los niveles de las aguas subterráneas», afirmó Kosciusco-Morizet. Dos tercios de las reservas de agua en el subsuelo han experimentado un descenso interanual, mientras que el tercio restante ha mantenido o incluso aumentado sus niveles del año pasado. Las reservas de agua se han reducido drásticamente y los cultivos de cereales se han visto afectados de forma grave, tras uno de los meses de abril más calurosos y secos de la historia de Francia. Según la meteoróloga Michele Blanchard, no se esperan precipitaciones importantes para las próximas dos semanas.
Las lluvias en abril fueron un 71% más bajas que la media calculada entre los años 1971 y 2000, apuntó el Ministerio de Medio Ambiente en base a un informe. El norte del país se ve azotado por la peor sequía de los últimos 50 años, añadió. «Las precipitaciones en las próximas semanas serán cruciales», aunque ni siquiera un julio abundante en lluvias lograría transmutar la situación acuífera, sostuvo Kosciusko-Morizet.
A pesar de que la oficina de agricultura francesa se apresuró a decir la semana pasada que todavía es muy pronto para sacar conclusiones de pérdidas numéricas a causa de la sequía, el Gobierno ha dado por perdida la cosecha de trigo de este año, cuya previsión era muy positiva. El ministro de Agricultura francés, Bruno Le Maire, hizo un llamamiento a la Unión Europea (UE) la semana pasada para suavizar los requisitos medioambientales, a raíz de las medidas tomadas por el Gobierno francés para ayudar a los ganaderos, muy afectados por la subida de los precios del grano a nivel mundial.
Una coyuntura también preocupante se vive en estos momentos en otros países europeos como Alemania y Polonia, así como en Estados Unidos, que también se han visto forzados a disminuir sus medidas de apoyo a la ganadería.