Con el paso del tiempo las tablas que componen los suelos de madera suelen separarse debido a la pérdida de humedad y entre ellas se acumula el polvo y la suciedad que puede desprenderse de nuestro calzado o que se arrastra, por ejemplo, al barrer la estancia.
Si observa que las juntas de su suelo están sucias podrá emplear un cuchillo resistente y afilado o una herramienta especial denominada rascajuntas para limpiarlas. Deberá incrustar su filo en la junta y tirar suavemente hacia sí, limpiando cada poco tiempo la suciedad que extraiga con el aspirador o un cepillo y un recogedor para evitar que se vuelva a introducir en las juntas.