Un total de 1.171.900 personas de edades comprendidas entre los 16 y los 64 años y residentes en hogares tenía certificado de discapacidad en 2010, con un incremento del 8,3% respecto al año 2009. Esta cifra representaba el 3,8% de la población total en edad laboral, frente al 3,5% del año anterior. Entre este colectivo, la tasa de paro se situó en el 23,3%.
El Instituto Nacional de Estadística explica en su encuesta «El Empleo de las Personas con Discapacidad», que en términos globales, y desde el punto de vista laboral, el aspecto más significativo para el colectivo de las personas con discapacidad legalmente reconocida es su baja participación en el mercado de trabajo, y no tanto su nivel de desempleo. De hecho, su tasa de actividad fue del 36,2% en 2010, frente al 75,9% de la población sin discapacidad.
En 2010, la tasa de paro para el colectivo de personas con certificado de discapacidad superaba en 3,2 puntos a la de la población sin discapacidad. Pero, si se atiende a su evolución, en los dos últimos años la tasa de paro se ha incrementado en menor medida para las personas con discapacidad. En concreto, se incrementaba 1,5 puntos al pasar del 21,8% de 2009 al 23,3% de 2010. Por su parte, la tasa de desempleo de las personas sin discapacidad crecía dos puntos hasta alcanzar el 20,1% en 2010. Las diferencias más significativas se encuentran en los jóvenes, «dado que para la población de personas con certificado de discapacidad de 16 a 24 años, la tasa de paro (51,7%) era 10,3 puntos porcentuales más que para el caso de las personas sin discapacidad (41,4%)», señala el INE.
Por sexo, la tasa de paro de las mujeres con certificado de discapacidad en 2010 (24,9%) era superior a la de los varones (22,3%). Por su parte, la tasa de empleo de los varones con certificado de discapacidad superaba en más de ocho puntos a la de las mujeres. El número de personas inactivas aumenta notablemente con la edad, al superar el 70% de las personas con discapacidad de más de 44 años en 2010. Para las personas sin discapacidad esta tasa se situaba en torno al 30%.
Según el tipo de discapacidad, la asociada a deficiencias auditivas es la que presentaba mayores tasas de actividad (58,2% en 2010). Por su parte, la asociada a trastorno mental tenía las menores (24,9%).
El 89,3% de las personas con discapacidad que trabajaron en 2010 lo hicieron como asalariados y el 78,9% de ellos tenía contrato indefinido (cuatro puntos más que para la población general). La mayor estabilidad en los contratos para el colectivo de personas con discapacidad se dio en la población masculina (80,8% de indefinidos en 2010) y en edades superiores a 24 años (77,2%).
El 86,6% de los ocupados con discapacidad trabajaba a jornada completa en 2010. Aunque no existen diferencias significativas entre personas con discapacidad y sin discapacidad en términos de tipo de jornada, las personas que afirman tener jornada parcial por motivos relacionados con la enfermedad o incapacidad abundan más dentro del colectivo de personas con discapacidad (1,8% frente a 0,1%). Más de tres cuartas partes de los ocupados con discapacidad desempeña su actividad en el sector Servicios.