Los halcones peregrinos que habitan en Barcelona han criado a 63 polluelos desde el inicio del proyecto de reintroducción de la especie, iniciado en 1999, de los que el último ejemplo son las tres crías nacidas en abril en la Sagrada Familia.
Los tres polluelos se anillaron este pasado 6 de mayo, después de la identificación que ya se hizo de otros tres nacidos de la pareja instalada en el acantilado marítimo de Montjuïc, según ha informado el Ayuntamiento de Barcelona.
En total, en Barcelona y su área metropolitana viven cinco parejas estables de esta ave rapaz -Sagrada Familia, Montjuïc, Diagonal Mar, central térmica de Sant Adrià y la plaza Europa de L’Hospitalet-, fruto del éxito del programa de reintroducción que lleva a cabo Thalassia Estudis Ambientales con el apoyo del Ayuntamiento y la Generalitat de Cataluña.
La última pareja de halcones murió abatida en 1973 en la Iglesia de Santa María del Mar, y desde 2000 que se inició la reintroducción la pareja ha logrado criar con éxito en diversos puntos de la ciudad y extenderse. Barcelona dejó de liberar halcones en 2004, tras constatar que los ejemplares reintroducidos desde 1999 lograron aparearse con éxito, y recuperó así una de sus especies emblemáticas.
Los halcones de la especie «Falco peregrinus» se alimentan mediante la caza de un pájaro de media al día, al que capturan gracias al dominio de los cielos que le aporta su visión -se cree que alcanzan a ver la curvatura de la tierra- y su inigualable velocidad -400 kilómetros por hora en caída en picado y 300 en caída oblicua-.
