Al menos 800.000 personas están «gravemente afectadas» por la crisis alimentaria en Senegal, alerta Acción contra el Hambre (ACH), que ha recogido este dato de un informe elaborado por el Programa Mundial de Alimentos (PAM) y el Gobierno senegalés. Según ha explicado la ONG, estas personas no pueden comprar comida en los mercados porque los precios se han disparado y han tenido que reducir su alimentación al mínimo.
Las principales víctimas de esta crisis alimentaria son los menores. «Las familias dan a los niños la misma alimentación que a los adultos, porque no tienen acceso a nada más, no hay carne, ni fruta, y con la muerte de los animales apenas queda ya leche», explicó el jefe de proyecto de Acción contra el Hambre en la región senegalesa de Matam, Aziz Goz.
En Matam, donde viven más de 400.000 habitantes, la ONG ha puesto en marcha un proyecto financiado por el Departamento de Protección Civil y Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea (ECHO) para luchar contra la desnutrición en los niños menores de cinco años.
«Las cifras de desnutrición en Matam son preocupantes, alcanzan ya al 14,1% de los niños, cuando el límite de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para establecer que la situación es de emergencia es de un 15%», alertó el director para Senegal de Acción contra el Hambre, Yann Dutertre. Muchos de esos pequeños son trasladados al hospital de Ourossogui, donde los profesionales de la organización humanitaria colaboran con el personal sanitario para evitar que estos niños finalmente mueran. El proyecto de Matam tiene una duración prevista de un año y tiene dos objetivos principales: «reforzar las infraestructuras sanitarias de la zona para que sus trabajadores puedan detectar los casos de desnutrición y, una vez detectados los casos tratarlos», explicó Dutertre. La ONG tiene previsto atender en un primer momento a 2.600 niños de Matam.
Además del trabajo en el hospital, los miembros de la organización visitan las aldeas para detectar los posibles casos de desnutrición y explicar a las madres cómo sacar el mejor provecho a los pocos alimentos que tienen disponibles. El objetivo es evitar que los casos de desnutrición moderada deriven a desnutrición severa, el tipo más grave y el más cercano a la muerte.